Carolina Taffoni
Los Auténticos Decadentes se presentan esta noche, a partir de la 0.30, en la Fiesta de la Cerveza, que se realiza en el Estadio Municipal de Funes, Montevideo y Angelome. El grupo hará un recorrido por todos los éxitos de su carrera, que acaban de ser editados en el compilado "Los reyes de la canción". Con su mezcla única de pop, cumbia, ska, reggae, disco, bolero y murga, los Decadentes se convirtieron, hace más de una década, en la banda de sonido de todas las fiestas del país. Ahora, con 15 años de trayectoria y 700 mil discos vendidos, el combo debió abandonar su compañía discográfica y se enfrenta al desafío de ser independiente. El líder del grupo, Cucho Parisi, aseguró a Escenario que Los Decadentes demostraron ser una banda seria, que son sólo rockeros tocando distintos ritmos y que nunca se dejaron llevar por las modas. También dijo que el país, ahora más que nunca, necesita de la diversión y la alegría. -¿Cómo se armó el compilado "Los reyes de la canción"? -Los temas del compilado se acomodan como aparecen en vivo, al principio viene con mucha adrenalina y después se pone un poco más lento. Algunas canciones, como "Vení Raquel", "Entregá el marrón", "Ya me da igual" y "La bebida, el juego y las mujeres" las regrabamos con invitados y mejor audio. En "Vení Raquel" tocó Pablo Lescano, de Damas Gratis. El álbum se armó de acuerdo al criterio del grupo, no es ese tipo de recopilación berreta que sacan de apuro las compañías. Nosotros controlamos todo, desde el arte de tapa hasta la lista de temas. -¿Qué balance hacés de los 15 años de carrera del grupo? -El balance es siempre positivo, a pesar del momento terrible por el que está pasando el país. Hay una incertidumbre total, en la música y en todos los rubros. Nosotros ahora nos quedamos sin compañía, y pensamos seguir como grupo independiente. -¿Por qué se cortó la relación con la discográfica? -Por varias razones. Nosotros no le cerrábamos como negocio. Ultimamente las compañías buscan más solistas que grandes bandas. Nosotros firmamos un contrato muy importante que ellos no pudieron sostener, a pesar de que el grupo lleva vendidos más de 700 mil discos. "El milagro argentino" vendió 300 mil copias, "Mi vida loca" llegó a las 250 mil y "Cualquiera puede cantar" a las 100 mil. En todos esos años el país cambió mucho y fue para atrás. -¿Están preparados para ser independientes? -Sí, ya tenemos un estudio propio casi terminado y habría que arreglar el tema de la distribución. No es tan complicado. Ahora hay que adecuarse a los tiempos de la piratería y el MP3, todo eso atenta contra la comercialización de un disco. Pero también podés sacar los compactos por los kioscos de revistas. Hay que adaptarse a las nuevas formas de competir. Hoy nadie quiere pagar 20 pesos por un disco. Ese precio es muy irreal. Los CDs no deberían costar más de 10 pesos. -¿Cuál es el secreto para llevarse bien con el público masivo y con la crítica al mismo tiempo? -El grupo tiene una esencia divertida, bailable y fiestera, pero a la vez conserva un costado serio, con un doble sentido fino y con ironía de nivel. Nuestra música está muy pensada. Además somos auténticos, no nos dejamos llevar por el estilo de una moda. Siempre hicimos la nuestra. La crítica se dio cuenta de que ocupamos un lugar propio y que además fuimos una influencia para un montón de bandas. -La variedad de ritmos del grupo, ¿ayudó a romper prejuicios? -Totalmente. Nosotros somos como una licuadora de ritmos, y nos animamos a abordar ciertos géneros cuando no estaban de moda. Hoy la cumbia, por ejemplo, ya es una moda, y cuando algo suena mucho yo disparo para otro lado. Aunque nosotros nunca hicimos cumbia propiamente dicha. Somos rockeros tocando distintos ritmos, nada más. Todos venimos de lugares muy distintos. Yo vengo de la discoteca y Jorge (Serrano) del punk. Eso se nota en nuestras canciones. -¿Cuáles son los pros y los contras de ser la banda fiestera por excelencia de la Argentina? -En este momento sólo tiene ventajas, más que nunca. La gente nos dice gracias por la alegría que les llevamos y ese es el mejor cumplido. Ahora que está todo mal necesitamos sí o sí de la diversión y la alegría. Claro que primero nos tenemos que divertir nosotros para poder divertir a la gente. Siempre estamos buscando un estímulo para zafar del bajón y sentirnos bien, para poder transmitírselo al público. Desventajas ahora hay pocas. En un principio nos trataron de frívolos, pero con el tiempo nos entendieron. Demostramos que somos una banda seria y que hacemos música con mucho respeto. -¿Es muy difícil levantar al público en medio de la crisis económica y social? -Es terrible, salir al escenario es muy difícil. En los últimos recitales yo hice un speech para tratar de levantar el ánimo a pesar de la situación que se está viviendo. Pero no se puede estar ajeno a la realidad, y yo notaba que en el ambiente había algo raro. Igual la gente quiere sentirse bien, más allá de lo que está pasando en el país. -¿Se puede tomar la crisis con humor? -Ahora no, porque hay mucha gente con hambre y algunos que sacrificaron hasta su vida. El humor sólo puede pasar por tirarles palos a los políticos.
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