El Festival de Cine Independiente de Sundance abrió sus puertas la noche del jueves en la localidad de Park City, estado norteamericano de Utah, una semana antes de lo habitual, para permitir que se lleven a cabo los preparativos de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002, que comienzan el próximo mes en la cercana Salt Lake City. Este año, el Festival de Sundance, fundado en 1983 por el astro de Hollywood Robert Redford, celebrará una de sus ediciones más importantes a pesar de los recortes que enfrenta la industria cinematográfica. En total se exhibirán 173 películas, de las cuales 113 son largometrajes de ficción. El encuentro quedó inaugurado con el estreno de "The Laramie Project", una adaptación de la obra de Moises Kaufman sobre el asesinato del estudiante homosexual Matthew Shepard. El elenco de esa cinta incluye a Steve Buscemi, Janeane Garofalo, Laura Linney, Peter Fonda y Christina Ricci. Otros de los estrenos más esperados son "Birthday Girl", con Nicole Kidman encarnando a una rusa en busca de hombres; "The Dancer Upstairs" ("Pasos de baile"), el debut de John Malkovich como director, protagonizado por el español Javier Bardem; "Gerry", que reúne a Matt Damon con el polémico realizador danés Gus Van Sant, que ya dirigió a este actor en 1997 en "En busca del destino"; y "The Good Girl", de Miguel Arteta, con Jennifer Aniston. Otras películas que llaman la atención son "Coastlines", del veterano director Víctor Nuñez ("El oro de Ulises"), y "L.A. Story", una mirada documental sobre las rivalidades en el ambiente del rap en el sur de California. Robin Williams, en tanto, protagoniza "One Hour Photo", y Russell Crowe aparece detrás de cámara y con un micrófono en el documental "Texas", sobre su banda de rock australiana. La amplitud del programa de este año subraya la importancia de Sundance como un instrumento crucial para el cine independiente de Estados Unidos. Su influencia es tan grande que una valoración hecha recientemente por el New York Times señalaba que probablemente tenga más peso que el trabajo de actuación y dirección de Redford en cuanto a contribución a la industria del cine. El festival fue un trampolín para directores como Quentin Tarantino y Kimberly Peirce, y actores como Liv Tyler o Brad Pitt. Para los cineastas, la mera esperanza que les ofrece Sundance es un incentivo muy poderoso. "Se convirtió en la fantasía de todo realizador: vas, ganás el premio y firmás un gran contrato con Hollywood", comentó el director Atom Egoyan. De hecho, la operación Sundance resultó mucho más exitosa de lo que Redford imaginó jamás. Creció tanto que él se convirtió a su pesar en una especie de CEO, según el New York Times, diario al que confesó: "Sundance arrasó mi vida". "Al principio no podía conseguir suficientes películas buenas ni convencer a la gente de la calle para que las viera. Ahora, sin embargo, durante el festival, apenas si se puede caminar por las calles", comentó el actor y director.
| |