Una pareja fue detenida a partir de la denuncia de la hija de la mujer, quien acusó a su padrastro de abusar sexualmente de ella desde hace dos años, cuando tenía 11. La menor quedó bajo custodia de un matrimonio conocido que tomó conocimiento del abuso que padecía la nena y la acompañó a hacer la denuncia al Centro de Asistencia a la Víctima de delitos sexuales. La madre de la menor, de 36 años, y su pareja, de 51, vivían juntos desde hace unos tres años con la menor, sin domicilio fijo. A fines del año pasado, el grupo se instaló en la casa de un matrimonio conocido, que contaba con una casa grande, con varias habitaciones.
Relaciones anormales
Días después, el propietario de la casa advirtió que cuando la madre de la chica salía a trabajar, su pareja abusaba sexualmente de la hijastra. El hombre enfrentó al abusador, que se marchó de la casa y también habló con la madre de la joven, quien se fue tras su pareja un día después, dejando a la chica en la casa, informaron fuentes de la investigación.
Cuando la situación dejó de estar encubierta, la chica le contó al matrimonio que la albergaba que era abusada sexualmente por la pareja de su madre desde hacía dos años. Frente al personal del Centro de Atención a la Víctima, la joven asumió que no le había contado a nadie que era abusada sexualmente ante la seguridad de que no le iban a creer o iban a responsabilizarla a ella por haber generado la situación.
La titular del Centro, Mariel Arévalo, señaló además que el abusador le impedía a la chica tener amigos y lograr un desarrollo social, y le planteaba una relación enfermiza, con componente de celos.
A raíz de la denuncia, la joven se contactó con su padre, quien aprobó que la chica se quedara junto al matrimonio con el que estaba, criterio que también aceptó el Juzgado de Menores interviniente.
A partir de la presentación, realizada el pasado 3 de enero, la policía rastreó a la madre de la joven y su pareja, quienes fueron hallados ayer a la mañana en una humilde casa de la villa miseria de Flammarión y Lamadrid. Ambos quedaron a disposición del juzgado de Instrucción en feria, a cargo de Carlos Triglia, acusados por el delito de corrupción de menor y abuso sexual agravado.
La joven, por su parte, fue derivada a una Organización no gubernamental donde realizará un tratamiento terapéutico. Tras la denuncia, fue revisada por un médico forense y otro policial, que constataron los abusos físicos, y una psicóloga que comprobó las secuelas que padece a partir del sometimiento sistemático del que fue víctima.