París/Bruselas/Roma/Berlín. - Después de la dimisión del canciller Renato Ruggiero, anunciada el domingo por el presidente del consejo italiano, Silvio Berlusconi, los líderes de la Unión Europea se manifestaron preocupados con el rumbo de las Relaciones Exteriores del país. Silvio Berlusconi, se propone ocupar durante un tiempo largo esa cartera y no por seis meses como se indicó en un primer momento. Berlusconi planea una amplia reforma del Ministerio de Relaciones Exteriores. "Quiero darle una nueva estructura para que pueda apoyar a nuestras empresas en el exterior", afirmó.
Ante esto, el comisario europeo para la Política Regional, Michel Barnier, hizo un llamado especial al presidente italiano para que preserve la "línea europea" del país después de la salida del canciller. En una entrevista a un canal de televisión, Barnier dijo: "Espero que Berlusconi confirme la línea europea de Italia, que es uno de los países fundadores de la Unión Europea. Hasta que él no haga esto personalmente mantengo una cierta intranquilidad, después de haber oído algunos ministros italianos hablar todo tipo de cosas, y hasta despreciar la moneda única".
Por su parte el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, se manifestó preocupado y espera que la política italiana frente a Europa prosiga inalterada. "Deseo que la política italiana ratifique su posición coherente con la línea del europeísmo que engrandeció a nuestro país", manifestó Prodi, preocupado con que la dimisión de Ruggiero lleve a cambios en la ruta de la política externa italiana.
Para el ex presidente del Eurogrupo, el belga Didier Reynders -actual ministro de las Finanzas de Bélgica-, la dimisión del canciller italiano no debe relacionarse con el estreno del euro, sino que con las presiones del líder de la Liga Norte y ministro de Reformas del gobierno italiano, Humberto Bossi.
Bossi, líder xenófobo y separatista, había sugerido en la última semana que Berlusconi dimitiera a Ruggiero por discordar de la postura abiertamente pro-euro del ex canciller. Del punto de vista práctico, según Reynders, el euro no corre riesgos por causa de la situación italiana. "No se volverá atrás", garantizó el ministro belga.
En Alemania, el ministro de Relaciones Exteriores Joschka Fischer se manifestó insatisfecho con la dimisión del canciller. Un comunicado del Ministerio informó que Fischer habló por teléfono con Ruggiero para transmitirle su "gran desagrado por la salida del gobierno italiano". Y definió al canciller como, "convicto europeo y buen amigo de Alemania", destacando particularmente sus "méritos en las relaciones germano-italianas".
Por su parte el gobierno francés de Lionel Jospin, representado por el ministro de Economía y Finanzas, Laurent Fabius, dijo ayer que Italia debe "confirmar su compromiso europeo". "Italia es uno de los pilares de Europa y debemos estar muy preocupados. Creo que será necesaria una aclaración a nivel de jefes de Estado y de gobiernos", declaró Fabius en entrevista a la radio Europe.(Ansa)
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