Más allá del receso dispuesto por la Intendencia para enero, la actividad de los empleados municipales fue ayer sólo un poco inferior a lo normal. Es que la preocupación de los trabajadores no estaba puesta en decidir cuándo tomarse las vacaciones, sino en la fecha de cobro de sus salarios que permanece incierta. Un plenario de delegados resolvió que si hoy los sueldos no están, desde la cero hora de mañana harán paro con inasistencia a los lugares de trabajo y marcharán al Palacio Municipal el viernes próximo, a las 10.
Mientras tanto, el secretario de Hacienda municipal, Angel Sciara, intentó ayer infructuosamente destrabar el inminente conflicto. Pocos antes de ingresar a la reunión en la que informó a los concejales las causas para declarar la emergencia económica municipal, el funcionario puntualizó que "apenas lleguen los recursos de la coparticipación, todo va a destinarse al pago de sueldos. La prioridad es el pago a los empleados, estimamos que mañana (por hoy) llegarán los fondos, por lo que estaremos abonando los sueldos el miércoles".
Lo cierto es que casi a la misma hora en que Sciara aseguraba el desembarco de los fondos, el gobernador de la provincia Carlos Reutemann reconocía que la Nación aún no los giró. "Hoy (por ayer) se iniciarán las gestiones ante la Nación para ver cómo se destraba el dinero que se adeuda en concepto de coparticipación. La Nación debe cerca de 165 millones de dólares, de los cuales una parte es coparticipable a municipios y comunas", indicó el mandatario.
Pero Reutemann fue más allá y reconoció que "la llegada de lecop es inevitable. Intentaremos monetizarlo, cosa que tenemos muchas dudas de poder lograr, y de lo contrario se hará la distribución a municipios y comunas en lecop", adelantó.
De ese modo, le asestó otro golpe a las promesas de Sciara, quien al mismo tiempo aseguraba: "Los sueldos se abonarán en pesos".
Con este panorama de fondo, el paro municipal parece ser inevitable. "Hasta que no paguen el último peso, va a haber paro. Si el miércoles pagan todo el sueldo evaluaremos qué hacer, pero mientras tanto hay paro", sentenció el secretario general del sindicato municipal, Néstor Ferraza.
Receso forzoso pero a medias
Mientras tanto, el receso forzoso anunciado por el intendente Hermes Binner tuvo ayer escaso acatamiento. Las puertas cerradas del Palacio Municipal y de la ex Aduana eran unas de las pocas expresiones visibles de la licencia obligada. Sin embargo, mientras adentro de la Intendencia trabajaba un 60 por ciento del personal, en la Aduana la actividad era prácticamente normal y la atención a los rosarinos, sobre todo por la moratoria, estaba a full.
También se trabajó en la Dirección de Empleo, donde una permanente cola de rosarinos que aguardó su turno para inscribirse en planes laborales no le dio respiro a los agentes municipales.
En la Secretaría de Cultura, en tanto, el personal llegaba a la mitad de lo habitual y los que estaban trabajando permanecían atentos a lo que pasará hoy con sus salarios.
También hubo buena asistencia en la Secretaría de Servicios Públicos. Desde la Dirección General de Transporte se afirmó que los empleados se encontraban trabajando "casi con normalidad", aunque con la recomendación de ahorrar en los insumos (luz, teléfono y otros recursos).
En los centros municipales de distrito Norte y Oeste la asistencia de personal fue normal. "La gente vino como siempre, pero no se atendió al público por estricta orden de la Secretaría General", indicaron empleados de ambas reparticiones.
El plenario de delegados del Sindicato de Empleados Municipales decidió poco antes del mediodía que hoy será el último plazo de espera para el pago de los salarios. El secretario adjunto, Antonio Ratner, sostuvo que los empleados cobraron dos adelantos de 100 y 70 pesos en Navidad y Año Nuevo pasados, sin que un cronograma de pago les aclare cómo recibirán el resto de sus haberes de diciembre.
Hoy podría ser el último día laborable de los municipales. Y mañana habría paro. El viernes, además, marcharán al Palacio de los Leones donde prometen hacerse oír aun con las grandes puertas cerradas.
La Ciudad
