El gobierno siguió manteniendo ayer una fuerte pulseada con los representantes de las empresas privatizadas y de entidades bancarias para disminuir los efectos de las nuevas medidas económicas en esos sectores. Sin embargo, la administración de Eduardo Duhalde aseguró que mantendrá su posición pese a las presiones.
La situación que enfrenta el gobierno quedó reflejada en una frase lanzada por Duhalde, reproducida luego por el vocero presidencial, Eduardo Amadeo: "Nunca tuve tantos llamados en mi vida de todos los grupos que están planteando que no quieren que los toquemos".
Rápidamente, representantes de la producción y el comercio rechazaron las presiones para que se produzcan modificaciones en la ley ómnibus y respaldaron la nueva alianza propuesta por el presidente (ver aparte).
Amadeo citó al jefe del Estado para ejemplificar las "presiones" que está recibiendo el Ejecutivo de parte de las empresas.
En ese marco, fuentes parlamentarias de la UCR también acusaron presiones provenientes de entidades crediticias y aseguraron que el gobierno responsabiliza de cierta incertidumbre a "funcionarios del propio Banco Central" nombrados por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo.
Operaciones y dudas
A modo de ejemplo, dijeron que los funcionarios cavallistas "argumentaron que por la pesificación de los créditos los bancos iban a tener pérdidas de 12 mil millones de dólares, cuando en realidad eran de 4 mil millones". La operación provocó dudas en Economía, acerca de si la medida incluiría a créditos personales, prendarios e hipotecarios, o sólo a estos últimos.
Mientras Duhalde llegó temprano (a las 8) a Olivos, el gobierno se dividió en distintos frentes para avanzar en la definición de las nuevas medidas económicas que desembarcaron en Congreso.
Duhalde y el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, mantuvieron un encuentro con representantes de los laboratorios y la industria farmacéutica con el fin de encontrar una solución a la falta de medicamentos en los últimos días.
Por otro lado, el jefe del Palacio de Hacienda, Jorge Remes Lenicov, se reunió con algunos legisladores, varios de ellos radicales, para analizar los alcances del proyecto de ley de emergencia económica.
En Olivos, además, estuvieron el ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli; el titular de la Side, Carlos Soria; el vicejefe de Gabinete, Juan Pablo Cafiero, e intendentes del conurbano.
"Los anuncios se mantienen, no va a haber ningún cambio", aseguró Cafiero, antes de ingresar a la residencia. No obstante, admitió que "hay una fuerte presión sobre el gobierno de quienes, en esta vez no les toca ganar en la Argentina".
En sintonía, Amadeo señaló que "hay una cantidad de personas que van a tener que cambiar su manera de ganar dinero y éstos están apretando fuerte al Ejecutivo y al Legislativo para que las normas no los afecten".
Silencio como respuesta
Pero el portavoz gubernamental fue mas allá y afirmó que "está clarísimo que en este tipo de cosas no vamos a ceder", en alusión a las presiones de las empresas privatizadas y de entidades bancarias.
Amadeo explicó que si el gobierno hace lugar al reclamo de las empresas privatizadas de servicios públicos en cuanto a "no pesificar", esto traería como consecuencia que "las tarifas van a tener una explosión inflacionaria".Otros de los motivos "por lo cuales no se puede ceder" es el riesgo de producir un "daño terrible" a la gente, concluyó el vocero.
Por su parte, Duhalde siguió paso a paso desde Olivos las negociaciones que se desarrollaron en el Congreso para la aprobación en Diputados de la ley de emergencia económica y recibió llamados de los gobernadores patagónicos por la aplicación de aranceles de exportación para hidrocarburos.
La Ciudad
