Nuevo plan. El secretario de Hacienda admitió que existen presiones

Lamberto: "Vamos a tener varios meses turbulentos"

Dijo que las medidas "no pueden contentar a todos" y confió en que pronto se verán signos de reactivación

Florencia O'Keeffe

El flamante secretario de Hacienda de la Nación, el santafesino Oscar Lamberto, admite que "vamos a tener varios meses de fuertes turbulencias" como producto del cambio en el esquema cambiario pero asegura al mismo tiempo que serán perceptibles los "efectos de reactivación", sobre todo en el sector del campo y la agroexportación. Esta fórmula de inclinar la balanza hacia los sectores productivos, "generará divisas, las que si se liquidan y monetizan se transformarán rápidamente en consumo interno", dice.
El ex legislador se refirió también a las presiones que los grandes grupos económicos están ejerciendo sobre el gobierno con la intención de no ser afectados por las modificaciones económicas inminentes, acciones que prefirió calificar como "la consecuencia normal de quienes se sienten perjudicados por la salida de un sistema que estuvo vigente durante 10 años".
Sobre el corralito financiero afirmó que los depósitos "se devolverán en la misma moneda en que fueron pactados", pero no eludió admitir que "será en una tasa de interés menor".
Si bien es cierto que las medidas que se tomen "no podrán contentar a todos", Lamberto prefiere poner el acento en que se "está buscando una salida lo más ordenada posible que irá articulando un nuevo esquema" y que, confía, "tendrá muchas fortalezas".
En momentos en que la Cámara de Diputados discutía el proyecto de ley de emergencia pública y de reforma del régimen cambiario, Lamberto habló con La Capital:
-¿Cómo está piloteando el gobierno las presiones de los grandes grupos que se resisten a perder con el nuevo esquema?
-Lo que está pasando es normal. Es la consecuencia lógica de quienes se sienten perjudicados por la salida de un sistema que estuvo vigente 10 años y que tuvo inicialmente grandes virtudes pero que finalmente trajo muchos problemas que afectaron la base misma de la convertibilidad. Lo que se está buscando es una salida lo más ordenada posible, pero cuando se afectan intereses cada sector defiende lo suyo. Seguramente habrá muchos disconformes, pero no podemos seguir así, en esta larga agonía. Estamos tratando de poner en marcha el aparato productivo.
-¿Cómo?
-El efecto inmediato que esperamos conseguir es una fuerte reactivación del campo, una fuerte posibilidad de exportación de productos agroindustriales. Esto genera divisas que si se liquidan y monetizan se transformarán en consumo interno. Habrá un límite para las importaciones que debería recomponer el aparato productivo. Para Santa Fe, por ejemplo, esto implica una muy buena posibilidad.
-El sistema de "devaluación administrada" del peso ha sido muy cuestionado y hay casos concretos como los de Brasil o México en que no dio resultado. ¿Cómo espera que sea la respuesta en Argentina?
-El sistema dual (un dólar fijo y otro flotante) no puede ser permanente. Esta es una transición hasta lograr un tipo de cambio único. No creo que nos suceda lo mismo porque nosotros arrancamos con un muy bajo nivel de monetización, por lo que es probable que no se puedan convalidar los precios con dinero. Entonces, sucederá que alguien que remarque no venda. Hay que ver cuántas ventas se concretan entre los que remarcan. Hay servicios y productos que se producen enteramente en Argentina y a los cuales no hay por qué subirles el precio. Estamos haciendo un gran esfuerzo para que las tarifas pasen a pesos y se mantengan, esa es una gran pelea.
-¿El corralito sigue?
-Sí, va a seguir pero no está definido por cuánto tiempo más. Acá hay que rearmar el funcionamiento normal del sistema financiero y de los bancos. Hay una decisión anunciada por Duhalde de que se va a preservar el ahorro de la gente en la misma moneda en que lo pactó.
-¿Y en el mismo monto?
-En la misma moneda, en una tasa de interés menor.
-¿Se mantendrá la idea que no se puedan despedir empleados por 180 días?
-Sí, pero no va a haber ninguna razón para que las empresas despidan gente.
-Por ahora se decidió la pesificación de deudas que en origen no superen los 100 mil dólares. ¿Eso se mantiene?
-Apuntamos a que se pesifique básicamente en el caso de la vivienda única. Es cierto que, sobre todo en Buenos Aires, por el valor de las propiedades, hay mucha gente de clase media que está pagando deudas hipotecarias por casas que superan ese monto. Por eso se está evaluando una modificación en este sentido.

Lamberto volvió a admitir que continuará el corralito.