Año CXXXV
 Nº 49.351
Rosario,
domingo  06 de
enero de 2002
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Entrevista. El Lole dijo que quiere ser presidente con los votos del pueblo
Reutemann: "Los cacerolazos se convirtieron en un tribunal popular"
El gobernador afirmó que siempre le ofrecen la presidencia "cuando están desesperados"

Mauricio Maronna

"Siempre me ofrecen la presidencia cuando están desesperados. Yo quiero ser presidente con los votos del pueblo, con un programa serio y con mucha responsabilidad". Carlos Reutemann admite que fue "emocionante" haber escuchado el martes pasado, a las 15, el ruego de la mayoría de los gobernadores del PJ para que acepte ser mocionado como candidato a la Jefatura de Estado en la Asamblea Legislativa que estaba a punto de iniciarse y que luego consagraría a Eduardo Duhalde.
En una entrevista con La Capital, el Lole se muestra de acuerdo con quienes hicieron tronar el teflón de las cacerolas, admite que la clase política tradicional está en coma y se muestra cauto con la salida de la convertibilidad.
-¿Cómo se explica esta fenomenal crisis institucional?
-La gente encontró una forma desconocida para la dirigencia a la hora de mostrar su descontento. Se terminaron los chiches, la gente se hartó y apeló a algo novedoso para castigar a los funcionarios. Los cacerolazos son un nuevo tribunal popular y todos tendrán que entenderlo.
-¿De haber estado del otro lado del mostrador hubiese agarrado las cacerolas?
-Lo vengo diciendo desde hace muchísimo tiempo y, lamentablemente, nadie me escuchó: la gente está muy molesta con los políticos. Los malos ejemplos, los malos políticos son muchos, lamentablemente. Es verdad que algunos se han acercado a la política como una forma de contribución patriótica, pero predominan los malos ejemplos y eso es gravísimo. ¿Cuántos políticos están en condiciones de sobrevivir? Es la hora de que llegue la renovación en serio. El pueblo encontró la forma de canalizar la protesta, que era individual o reducida a determinados ámbitos sindicales. Entiendo a la gente que salió a cacerolear. No se puede justificar que los ahorros que la gente fue forjando durante años de trabajo y sacrificio, durante toda una vida, sean puestos en un corralito. Esa fue la gota que colmó el vaso.
-Otra vez estuvo a un tris de ser presidente; se lo pidieron casi todos los gobernadores peronistas.
-Duhalde había abrochado un acuerdo con la UCR en el mismo momento en que Rodríguez Saá era presidente y viajaba desde Chapadmalal hacia San Luis. Matemáticamente era imposible que yo fuese elegido, pero eso no es lo más importante.
-¿Y qué es lo más importante?
-A mí me ofrecieron la presidencia, o la opción de ser presidente, a las 15 del martes, mientras la Asamblea se aprestaba a deliberar. Fue un pedido tardío; aceptar el ofrecimiento hubiese significado poner al país en una situación de riesgo mayor. Pero le digo la verdad: fue algo emocionante. No siempre se dan estas posibilidades de ser presidente. Tuve que optar entre mi postulación o la paz de la Argentina. Y opté por el sentido común, de lo contrario la interna justicialista podría haber hecho estallar al país.
-Ahora ostenta un nuevo récord: rechazó tres veces la chance de ser presidente.
-(Se ríe). Es increíble, ¿no? Muchos me dicen: "Lole, agarrá, después vemos qué hacemos". Esa no es la forma de hacer un gobierno serio ni de despertar credibilidad en la gente, que está tan agobiada por la crisis y los malos dirigentes. ¿Sabe qué pasa? Me vienen a buscar cuando están desesperados y se les terminan las opciones. Ahí pegan manotazos de ahogado... Si estaban tan entusiasmados con que yo sea presidente tendrían que haber trabajado con más seriedad, con anticipación.
-También usted debería moverse con mayor celeridad. Existe la sensación de que le faltan operadores clave en los momentos definitorios.
-Esto no se arregla con operadores. Ahora Duhalde tiene el respaldo de los diputados y senadores, que son los representantes del pueblo. No niego que existe una fuerte corriente de opinión que considera que yo tengo que ser el futuro presidente.
-¿Y por qué no se animó a dar el paso?
-Yo quiero ser presidente por el voto de los argentinos.
-Entonces será candidato en el 2003.
-No sé lo que puede pasar dentro de 30 días, imagínese si digo hoy que voy a ser candidato en el 2003... En caso de elecciones quiero blanquearle a la gente las propuestas, el pueblo tiene que saber qué es lo que vota. Muchos políticos están desesperados en llegar y no les importa cómo. Así ocurrió con (Fernando) De la Rúa, que hizo todo lo contrario a lo que había prometido. Y así quedamos...
-¿Está de acuerdo en salir de la convertibilidad?
-Hablé con (Jorge Remes) Lenicov, que es serio, responsable. Pero la última palabra la tendrá la gente una vez que se anuncie el plan definitivo. Según una encuesta, el 90% de los argentinos está en contra del fin de la convertibilidad. Salir de la convertibilidad tiene cosas a favor y en contra, pero ahora hay mucha desesperación.
-La mayoría de los políticos no sólo quedó a tiro de cacerolazo sino que ni siquiera puede sentarse en un bar a riesgo de ser repudiado. ¿Qué pasa con usted?
-A mí todavía no me pasó, pero las demostraciones de repudio hacia los políticos son tremendas y no cambiarán a menos que se tomen medidas impactantes. A muchos hoy no los quieren ni ver, pero no nos olvidemos que los eligieron el 14 de octubre.
-Ultimamente conversó con muchos empresarios. ¿Qué le dicen?
-Que quieren que sea candidato a presidente de la Nación, pero yo contesto lo que dije antes: hay que ser responsables, de lo contrario nadie se salvará del cacerolazo.
-¿Santa Fe tendrá un ministro de Agricultura?
-Está el ofrecimiento de la Nación, pero hay que conocer el plan económico. No quiero que un hombre de esta provincia salga a respaldar eventuales medidas contra el campo. Si hay medidas contra el agro, los chacareros sacarán las cacerolas. Se terminó el tiempo de las improvisaciones. Para ser presidente hay que tener los votos de la gente, un programa serio y mucha responsabilidad.



"Para ser presidente hay que tener votos y un plan serio".
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