Año CXXXV
 Nº 49.351
Rosario,
domingo  06 de
enero de 2002
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El elegido de la semana
Por las bateas: "Gold"-Ryan Adams
El cantautor brilla como el último gran sintetizador de la música norteamericana

Carolina Taffoni

¿Quién, Bryan Adams? No, Ryan Adams. El nombre en cuestión es un cantautor de 27 años de Jacksonville, Carolina del Norte, Estados Unidos, que solía liderar una banda country llamada Whiskeytown. La prensa del Primer Mundo, siempre propensa a exagerar, lo considera la última esperanza blanca del rock. El crítico David Fricke lo definió como "una cruza entre Morrissey y Keith Richards". Pero Ryan Adams va un poco más allá, y funciona como uno de los mejores sintetizadores de la música norteamericana que apareció en los últimos años.
Imaginate escuchar a Bruce Springsteen, Tom Petty, Neil Young y a los Stones circa "Exile on Main Street" todos juntos. También les podés agregar a Tim Buckley o James Taylor. En la banda de Ryan Adams toca Benmont Tench, el tecladista de los Heartbreakers de Petty, y la tapa de "Gold", su segundo disco como solista, es un guiño a la portada del "Born in the USA" de Springsteen. Las referencias parecen demasiadas, pero las canciones se encargan de aclararlo.
"Gold" es un disco para tomar o dejar de inmediato. Si no te van el primer tema, el rockito folk de "New York, New York", o la armónica y los aires country de "Firecracker", o la melodía sobre la que se mece "Answering Bell", mejor ni te animes con el resto. Además el sonido es muy retro y deliberadamente sucio, como si el álbum estuviese huyendo de la prolijidad todo el tiempo.
Si el compacto te gustó desde un principio, entonces lo que sigue es puro goce. Ryan Adams es tan efectivo cuando se pone en intimista (en "La Cienaga Just Smile" o "Wild Flowers") como cuando se acerca a un grunge de guitarras pesadas y furiosas (en "Enemy Fire"). Su carácter de cancionista brilla en la muy Neil Young "Somehow, Someday", en la conmovedora y dylanesca "Nobody Girl", o en la delicada y entrañable "When The Stars Go Blue".
El fantasma de Neil Young también aparece en "Harder Now That It's Over", como el rhythm and blues percusivo de "Gonna Make You Love Me" evoca a los primeros Stones y el rockazo negro de "Tina Toledo's Street Walkin' Blues" recuerda a los Rolling de "Sticky Fingers". Además Ryan Adams se codea bien con el blues más primitivo en "The Rescue Blues" y con su versión más power en "Touch, Feel & Lose".
Las canciones poco serían sin la voz de Adams, que puede ser áspera y dulce al mismo tiempo. Las letras transmiten una simpleza emocional que es siempre conmovedora. La mayoría de los temas habla de amores rendidos, furtivos o terminados. "Te retengo en el fondo de mi mente/ me hace sentir tan bien hasta que hiere/ estoy demasiado asustado para saber qué siento por vos ahora", canta en "La Cienaga Just Smile".
A "Gold" se le puede reprochar que es un disco demasiado largo. También se puede decir que con su bandera de los Estados Unidos en la portada tal vez caiga en esa ola de patrioterismo que explotó después de los atentados del 11 de septiembre. Pero Ryan Adams parece tener un escudo que lo protege de las modas y los caprichos. Y esa fortaleza nace de la música de raíz de sus canciones. Sólo hay que escuchar "Goodnight, Hollywood Blvd", el tema de despedida de "Gold", para percibir de qué se trata.
cal: 4 estrellas



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