El monumento a la Bandera fue el punto de encuentro para los vecinos que se convocaron a un nuevo cacerolazo. Con más organización que otras veces, debido a que se trata de dar continuidad a una herramienta de expresión popular, unos 300 rosarinos se reunieron para golpear sus cacerolas. Con la convicción de que "hay que estar alerta", las consignas eran contrarias al corralito financiero, por una mayor transparencia política, y en advertencia para que el proyecto de ley que se estaría enviando hoy al Congreso contemple una solución para los deudores del sistema financiero. El movimiento, que empezó como una reacción inmediata al discurso que dio Fernando de la Rúa un día antes de su renuncia, tomó otra dimensión y ya existe una página web y un sistema electrónico de convocatoria. Durante la semana el cacerolazo trascendió el ruido y se realizó una asamblea pública en el anfiteatro Humberto de Nito donde se generó entre los vecino un debate e intercambios de ideas.
| Expresar la bronca sigue siendo el móvil de los cacerolazos. | | Ampliar Foto | | |
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