Año CXXXV
 Nº 49.350
Rosario,
sábado  05 de
enero de 2002
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cartas
Planear obras y leyes

Cuando los partidos políticos se lanzaban en una campaña electoral lo primero que hacían era crear un plan de trabajos que denominaban plataforma electoral. Estas eran largas y nutridas e interpretaban las necesidades de los ciudadanos. Ganados los comicios estos planes se esfumaban y sólo algunas de las enunciadas se llevaban a la realidad. Recuerdo el primer plan quinquenal de Juan Domingo Perón que constaba con algo así como 70 mil obras. Algunas muy importantes se hicieron, la mejor ley que se aprobó y que es casi desconocida y es la mejor de todas fue la de propiedad horizontal, que aún después de más de medio siglo sigue influyendo para que en ciudades y pueblos se construyan grandes edificios y hasta barrios como los Fonavi. Otras obras importantes se realizaron como el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, el autódromo de la ciudad de Buenos Aires. Pero miles quedaron en el olvido como la de forestación y la ley de unificación de las trochas de ferrocarriles que permitiría viajar en un mismo tren a cualquier punto del país. Cuando asumió como presidente Raúl Alfonsín todavía recuerdo su plan de 100 puntos de los cuales si algún radical puede decir que realizó diez sería merecedor de un nuevo período de gobierno. Hay otros que no sólo olvidaron la plataforma sino que hicieron todo lo contrario a lo dicho o escrito. Por eso el "cacerolazo" de diciembre es un pedido de revocatoria que debería incluirse en la Constitución. El partido político debería planear las obras y leyes para cada año de mandato, y si al terminar éste no hubiese realizado aunque más no sea el 50% debería dejar el puesto a otro.
Eduardo Rodríguez Bonel


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