Año CXXXV
 Nº 49.350
Rosario,
sábado  05 de
enero de 2002
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Paso a paso

Paso a paso, dijo un conocido director técnico, y alcanzaremos la victoria. Y paso a paso los argentinos estamos llegando al final de nuestro calvario, de una tortura psicológica que pareciera no terminar nunca. ¿Hasta cuándo podremos soportar tanta presión, tanta iniquidad? Los que tienen el sartén por el mango pueden cobrar sus sueldos, aumentárselos, nombrar empleados; los otros, los que somos mayoría, los que contribuimos con nuestros impuestos y, peor aún, los que elegimos a estos que nos representan y gobiernan, debemos soportar la recesión, la escasez de efectivo, las torturantes colas. Y como si esto fuera poco, con la certeza, como es costumbre del pueblo argentino, de que es un esfuerzo sin recompensa, porque lo más probable es que al final perdamos todo, la casa, el auto, todo lo que pudimos comprar con el usurario interés del sistema. No sé de quién es la culpa, si de los que se fueron o de los que están. Sólo sé que nuestros dirigentes están sordos a las necesidades de su pueblo, sólo les importa el bienestar propio y el de su entorno. No hay manifestación o cacerolazo que los conmueva, pero alguna vez creo firmemente que el pueblo argentino deberá decir basta. No más seudodirigentes, no más sacrificios en vano, no puede ser que en un país que tiene riquezas naturales en abundancia, su pueblo deba sucumbir en la pobreza y deambular con la tortura de la incertidumbre. Basta ya, terminemos de una vez, no soy partidario de una revolución armada ni mucho menos, pero de una vez por todas, unámonos, no paguemos los impuestos, dejemos que se asfixien económicamente. Al final cuando no tengan más dinero para repartirse, seguramente abandonarán el barco y podremos de una vez, con los que queden, a los que sólo les interese la prosperidad de su Nación, comenzar a construir un país serio.
Domingo Daniel Tagliafico Lares


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