Año CXXXV
 Nº 49.350
Rosario,
sábado  05 de
enero de 2002
Min 19º
Máx 24º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Editorial
Barrios olvidados

Obras monumentales, expuestas a la constante consideración del público por hallarse en sitios permanentemente visitados, constituyen sin lugar a dudas una gran tentación para quienes conducen los destinos de una ciudad, una provincia y aun el país. Es que indudablemente darán rédito a quien se atribuya haber sido su inspirador. Varias grandes inversiones traducidas luego en proyectos para paseos públicos, ámbitos culturales y demás han demostrado su gran utilidad y el acierto de las autoridades al elegir el proyecto a desarrollar para la comunidad.
Rosario constituye una urbe en permanente expansión en razón de la constante migración interna y externa que recibe. Los límites de la ciudad crecen a un ritmo incesante. Cada día surgen nuevos barrios, asentamientos precarios, villas con miles de esperanzados que aguardan poder superar esa instancia de pobreza extrema y sueñan con vivir en una casa de material rodeados del confort elemental que confieren los servicios.
Algunos de esos servicios, como las obras cloacales, son elementales porque están estrechamente ligados a la salud de la población. Sin embargo, son muchos los barrios y no siempre los más alejados, que aún carecen de ese beneficio indispensable que los liberaría de las malolientes zanjas con aguas servidas y que contribuiría a alejar enfermedades y a evitar la proliferación de alimañas e insectos.
Cierto es que se trata de obras silenciosas. Porque los caños van enterrados y su promoción resulta relativa ya que no venden la imagen que a veces los políticos o quienes los aconsejan, desean. Pero los vecinos se verían notoriamente beneficiados. Ya es tiempo de terminar con las calles de tierra y las zanjas pestilentes. Estas obras elementales no se deben seguir postergando en el tiempo. Porque quienes viven en los barrios tienen derechos al igual que los demás.


Diario La Capital todos los derechos reservados