Crece el área sembrada con OGM en Argentina

El área sembrada en Argentina con transgénicos aumentará 1,5 millón de hectáreas en 2001/02 a 11,44 millones, debido al ahorro de costos que genera su uso, dijo el titular del ente internacional que lleva las estadísticas de estos cultivos.
"Argentina plantará, como mínimo, 1,5 millón de hectáreas más", en 2001/2002, dijo Clive James, presidente del Servicio Internacional de Aplicaciones de Biotecnología Agrícola (Isaaa).
De acuerdo con esos datos, en esta campaña la Argentina estará muy cerca de sembrar la totalidad de sus pronosticadas 11,2 millones de hectáreas de soja -un nivel récord- con variedades transgénicas, desde el 88% de la campaña anterior, cuando se implantaron 10,54 millones.
Las predicciones del organismo indican que los agricultores argentinos sembrarán 800 mil hectáreas de maíz transgénico, sobre un total nacional de 3,34 millones de hectáreas, lo que significa un modesto crecimiento desde las 700 mil hectáreas cultivadas en 200/01.
En tanto, el área de siembra del algodón con modificaciones genéticas se mantendrá en alrededor con modificaciones genéticas se mantendrá en alrededor de las 40 mil hectáreas cultivadas, como en la campaña agrícola que ya cerró.
"¿Qué ganó Argentina con esto?, creemos que en 1999, a nivel mundial, los agricultores de Canadá, Estados Unidos, Argentina y China obtuvieron un retorno adicional cercano a los 700 millones de dólares por sembrar transgénicos, Argentina obtuvo 214 millones de ese total", señaló James.
El Isaaa es una entidad dedicada a compilar información sobre el uso y las aplicaciones d elos cultivos transgénicos, que se financia con fondos de gobiernos, fundaciones y compañías privadas vinculadas al negocio agrícola.
Según datos del Isaaa, a nivel mundial cerca de 3,5 millones de agricultores sembraron 44,2 millones de hectáreas con cultivos transgénicos en el año 2000 y ya suman 125 los millones acumulados en los últimos cinco años.
Argentina es uno de los líderes mundiales en el uso de la biotecnología agrícola. Su área sembrada sólo es superada por Estados Unidos y, en el año 2000, su participación presentó casi un cuarto del total implantado en el mundo.
La enorme adopción de la soja transgénica se debió al ahorro de costos en el uso de agroquímicos, de entre 35 y 55 dólares por hectárea, y a la estabilización de los rendimientos, dijo James.
"El éxito de los transgénicos en Brasil, dentro de una región donde Brasil, el otro gigante agrícola, asumió la posición antagónica, puede servir de ejemplo a otros países considerados pobres", agregó.
"Si miramos lo que pasó en Argentina, creo que es un buen ejemplo para otros países en Latinoamérica y también en Asia y Africa. Muestra cómo países en desarrollo en el sur pueden usar tecnología con grandes beneficios", dijo.
La aparición de los transgénicos generó controversias a nivel mundial acerca de su seguridad alimentaria y para el medio ambiente que, a cinco años de lanzamiento comercial, continúan vigentes.
La Unión Europea (UE) mantiene una moratoria de aprobaciones de eventos de biotecnología desde 1998.