Año CXXXV
 Nº 49.350
Rosario,
sábado  05 de
enero de 2002
Min 19º
Máx 24º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Panorama
La inundación cede, los problemas no
Las pérdidas son enormes y, tras la salida del agua, viene la dura tarea de la reconstrucción

Las aguas comenzaron a retirarse de las tierras productivas de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires pero los problemas económicos de los productores afectados continúan, señaló la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea).
"Las inundaciones sufridas desde 1997 no son casuales pues están asociadas a causas estructurales como falta de cauces definidos por la escasa pendiente de la pradera pampeana y canales de desagüe colmados de arena, y pueden repetirse porque las napas no bajan a niveles considerados seguros", puntualiza un informe de la entidad.
El documento aporta el testimonio del productor Argentino Riva, de Cañada Seca, Santa Fe, quien recuerda que "en 1997 explotaba 1.300 hectáreas agrícolas, de las cuales se inundaron 1.200 hasta el tercer hilo del alambrado, fuera del agua sólo quedó una pequeña fracción que incluía el casco".
El agricultor agregó que "al año siguiente, buscando recuperarnos, volvimos a sembrar pero cayeron 1.300 milímetros y volvimos a sufrir inundación. Y lo mismo pasó en 1999 y en 2000, cuando llovieron más de 1.300 milímetros por año".
La "sucesión de campañas fracasadas nos dejó sin recursos y nos obligó a alquilar el campo para el ciclo 2001/02 y a vender dos equipos agrícolas para saldar las deudas bancarias que se habían contraído", indicó.
Otro miembro de Aacrea, el tambero Julio Fusta de Laboulaye, Córdoba, declaró que "por la inundación, no pude sacar la leche del campo durante 15 días y debí tirar 45.000 litros".
La única alternativa fue "comprar un Zanello con doble tracción y duales" pero "tenía el campo praderizado en un 60 por ciento y se perdió todo".
Ahora que el agua se fue "los vecinos tenemos que aportar dinero o trabajo para reparar los caminos" y a estos inconvenientes "se suma el bajísimo precio de la leche y los pagos demorados de la industria", añadió.
Por su parte, el tambero Gerardo Irulegui declaró que "la actual es la segunda inundación que soportan mis vacas lecheras", pues en "1998 tuve que cerrar el tambo y abrir otro en Adela María" y en 2001 "sufrí inundación y encharcamiento en 350 hectáreas, con pérdida de praderas".
El productor estimó que "para el 2003 disminuirá la producción lechera por menor disponibilidad forrajera" y que "ahora no es fácil alquilar campo en zona no inundada, en abierta competencia con los agricultores".
A su vez Martín Gestoso, de Villa Rossi, al sur de Córdoba, con un campo de 1.200 hectáreas que sufrió los efectos de la gran inundación y del cual todavía le quedan 250 hectáreas bajo agua, aseguró que los potreros "que se van secando muestran síntomas de salinización, que obligarán a un manejo posterior cuidadoso, sin movimientos de tierra y con siembra directa de especies forrajeras rústicas".
"Tenemos mucho que aprender en el manejo del agua dentro del campo, porque lluvias abundantes inundan los bajos, pero dan lugar a altos rindes agrícolas, inalcanzables años antes", explica Martín Gestoso, miembro del Crea Laboulaye - Bouchardo.
Otro productor de Cañada Seca, Gustavo Savigliano, dijo que "el problema más serio del inundado es el financiero", pues el "campo anegado configura un sistema más inestable que el anterior" y quien tiene problemas de endeudamiento "debe sanear su economía rápidamente, porque las actividades productivas encierran mucho más riesgo que antes".
Savigliano advierte además que la inundación puede provocar desequilibrios síquicos en el productor, por lo que recomienda "no aislarse" y cuidarse "de caer en la desolación y cambiar hacia una actitud positiva", tratando de "que se inunde el campo, no la cabeza", concluye el informe.



Las inundaciones registran causas estructurales.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados