Crónicas crónicas: Quijotadas bajo el insaciable Rey Sol

Orlando Verna

Pensar en un verano diferente para Rosario no es poca cosa. Los teatristas y los músicos históricamente se quejaron de las insignificantes oportunidades que ofrece la ciudad en épocas del Rey Sol. Pero esta vez no será otra vez. Los intereses de la deuda externa y la inoperancia política no obligó a los vacacionistas a olvidar el mandato constitucional de descansar del año laboral. Sólo que los traslados serán a través del malherido sistema urbano de pasajeros -sin aire acondicionado, como quería Binner- y los destinos no más lejos que el límite municipal -bueno, Funes también-, islas incluidas.
Y si la tarde al aire libre no alcanza para satisfacer las ansias de cultura, en medio del cemento caliente y al caer la tarde, habrá bravos artistas exponiendo sus saberes en escenarios tradicionales y otros ad-hoc, léase teatros y bares. Aunque la oferta no se circunscriba a ellos, ya que la televisión también tiene preparada una novedad.
Héroes de otras lides y nominados dos años consecutivos al premio Martín Fierro, la gente de "Bótelos" se juega el placer de hacer desde el lunes 14 con "Odio el verano", un remedo de los programas del mismo género que intentará brindar humor y frescura. La apuesta es fuerte ya que los chicos irán de lunes a viernes a partir de las 21 por Cablevisión, con un detalle mayor: ¡Será en vivo!
El envío estará conducido por Lisandro Cavatorta, según las niñas los ojos más lindos de la tele local; tendrá el aporte humorístico de dos integrantes del grupo cómico Marca Cañón, Jorge Fossetti y Beto Chiesa; y contará con los móviles de Carolina Melillo -la graciosa rubia de "Tvi"- y de Rodrigo López, antes en Cablehogar. Además, la producción encabezada por Andrea Gianmaría promete squetches con actores locales -por fin, la gran oportunidad-, juegos y mucha perspicacia, una impronta propia de este grupo de trabajo. Lo demás corre por cuenta del siempre predispuesto equipo técnico del cable de avenida Francia. Una quijotada por el mero gusto de hacer televisión.