"Carlos Reutemann pudo haber sido jefe del Estado. Todo el interior estaba con él...", comentó ayer a La Capital un legislador que participó de la negociación del martes al mediodía, cuando los gobernadores José Manuel de la Sota y Néstor Kirchner, más otros dirigentes y legisladores, intentaron llevar al recinto de la Asamblea Legislativa el nombre del gobernador de Santa Fe para enfrentar al bonaerense Eduardo Duhalde, votado luego como presidente de la Nación. La fuente se lamentó porque "fue una jugada que se armó cuando Duhalde ya tenía todo cocinado y había muchos compromisos asumidos que no se podían romper. Pero el interior tenía una clara preferencia por Lole". Señaló que aunque tenían los números ajustados, presumían que si Reutemann hubiera aceptado presentar su candidatura podrían haber atraído el voto favorable de los bloques provinciales de ambas Cámaras y hasta daban por seguro que los diputados del ARI de Elisa Carrió también lo hubieran respaldado. Fue el mismo Reutemann el encargado de desarmar la jugada porque le pareció "una aventura". puesto que le fue ofrecida cuando faltaban cuarenta minutos para la hora en que la Asamblea Legislativa debía empezar a sesionar. De todas maneras, la operación tenía fortalezas y debilidades. Su punto fuerte era, precisamente, el nombre de Reutemann, quien garantizaba una candidatura de primer nivel si las circunstancias hubieran sido otras. Pero tenía varios puntos débiles, ninguno ligado al gobernador de Santa Fe. En primer término, era fruto de la obcecación de De la Sota quien al fracasar en su deseo de imponer su posición principista a favor del llamado a elecciones, optó por oponerse a Duhalde de cualquier modo. Segundo, que los gobernadores del otrora dinámico Frente Federal sufrían la baja de dos de sus principales operadores todoterreno, Adolfo Rodríguez Saá y, en especial, del misionero Ramón Puerta, y cargaban con una innegable sensación de fracaso. Finalmente, llegaban a la pelea con un día y medio de atraso respecto a la maquinaria bonaerense, que había empezado a operar el mismo domingo a la tarde en Chapadmalal. La maniobra, que bien podría haber terminado en "una carnicería", como lo describió un legislador, jamás hubiera contado con la anuencia de Reutemann, un declarado enemigo del internismo feroz. De todas maneras, las fuentes dijeron que pese a esas desventajas, el nombre de Reutemann lanzado al ruedo hizo titubear a más de uno de los invotados a sumarase al operativo. Tanto, que enterado en su residencia de Lomas de Zamora del operativo en proceso, el propio Duhalde concurrió en persona al Congreso a convencer a sus oponentes. Antes debió escuchar varias críticas por la tendencia hegemónica que ejerce el aparato del PJ bonaerense y expresiones clara de la desconfianza sobre sus promesas de realizar un gobierno de bases amplias de consulta permanente con los mandatarios provinciales. De todos modos, quedó entre los participantes un buen test acerca del significado y potencialidad de la figura de Reutemann dentro del peronismo. Para la senadora Roxana Latorre, "Reutemann es el único dirigente justicialista que sigue acumulando acciones", basándose en su conducta y su seriedad para adoptar decisiones políticas. El diputado nacional Julio Gutiérrez por su parte dijo ayer que ya es hora de terminar con la falta de liderazgo dentro del peronismo y que en su opinión están dadas las condiciones para que Reutemann sea el candidato presidencial del PJ en el 2003. En verdad, Reutemann definió su apoyo a duhalde el lunes, cerca del mediodía, cuando el sol calcinaba la tierra en la ciudad de Santa Fe. "Lole, mañana (por el martes) te van a pedir De la Sota y Kirchner que seas el candidato del peronismo. Duhalde nos trae problemas en la interna, vos poder ser el que calme las aguas", le previno al gobernador un funcionario provincial. "El Cabezón ya cerró trato con Alfonsín... Además, no es mi tiempo, vamos a esperar hasta el 2003", cerró el titular de la Casa Gris. Sin embargo, el anticipo se cumplió: el martes casi todos los gobernadores fueron a pedirle a Reutemann que sea el postulante a votar por la Asamblea Legislativa. Un eventual sí al ofrecimiento hubiese implicado la ruptura del Partido Justicialista. Nada más, ni nada menos.
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