Los obispos Marcelo Melani (Viedma) y Pedro Olmedo Rivero (Humahuaca) reclamaron ayer un "viraje" de la política económica hacia la gente, y que la clase dirigente se "olvide de los pequeños ranchos (partidarios) para abrir el camino hacia el bien común".
Por su parte, monseñor Juan Suárez (Gregorio Laferrere) describió la situación institucional de la Argentina como "terminal", por lo que consideró "lógico que todos colaboremos para sacar el país adelante".
Los prelados coincidieron en que la designación de Eduardo Duhalde al frente del Ejecutivo nacional produce una doble sensación de preocupación y esperanza. Monseñor Melani aseguró que el nuevo gobierno trae "esperanza, porque demostró la manifiesta voluntad de una democracia fuerte. Pero también preocupación, por surgir de un arreglo hecho entre pocos".
En este sentido, el prelado del norte jujeño reconoció que la flamante administración es "una puertita, una rendija de luz esperanzadora", aunque aclaró que "para ser creíble deberá gobernar con realismo y haciendo un viraje hacia la gente, para saldar la gran deuda interna, y entender de una vez por todas que el pueblo no soporta más".
Al ser consultado sobre la posible falta de legitimidad del ex gobernador bonaerense para llegar a la primera magistratura, la respuesta de monseñor Olmedo Rivero denotó cierta resignación: "No había otra. No había que perder el tiempo".
No obstante, planteó la necesidad de que tanto el Justicialismo como la oposición "salgan de sus baldosas y sus situaciones de privilegio, para dedicarse al bien común como hemos pedido los obispos".
La hora de la renovación
La misma sensación transmitió el prelado patagónico: "No se puede inventar un presidente de un día para el otro. Habrá que esperar dos años para que haya uno con confirmación popular, cuando se deberá dejar el espacio a jóvenes intachables moralmente".\"No se tenía otra salida, por la emergencia. En estos dos años habrá tiempo para pensar y proponer hombres nuevos", sugirió monseñor Suárez, antes de remarcar que "con la persona designada se abre una luz de esperanza, porque cuenta con consenso".\Los mensajes episcopales de fin de año reflejaron, en cambio, la inquietud de los hombres de Iglesia por el vacío de poder que obligó a tener cinco presidentes en 12 días, y los hechos de violencia que se desencadenaron luego de las protestas pacíficas de la gente.\El obispo de Rafaela, monseñor Carlos María Franzini, pidió a los actores sociales a "buscar con espíritu de grandeza y creatividad respuestas profundas y comprometidas", e indicó que la paz social es "condición indispensable para una vida digna y para la búsqueda serena y eficiente de soluciones a los graves problemas que nos lastiman".\El obispo de Reconquista, monseñor Juan Martínez señaló que "frente al empuje obcecado de la fuerza, la frialdad ciega del dinero, debemos oponer el poder vivificante del espíritu".