Buenos Aires.- El policía retirado acusado de matar a tiros el sábado a tres jóvenes en el barrio porteño de Floresta fue procesado ayer con prisión preventiva tras prestar declaración indagatoria y se le dictó un embargo sobre sus bienes por 3 millones de pesos. En tanto, la cúpula de la comisaría 43ª, en cuya jurisdicción ocurrió el triple homicidio, fue desplazada de su cargo tras la desmedida represión de la tarde del sábado contra los familiares y amigos de las víctimas que habían llegado hasta la seccional en reclamo de justicia.
Maximiliano Tasca, de 25 años; Adrián Matassa, de 23; y Cristian Gómez, de 25, fueron acribillados a balazos por Juan de Dios Velaztiqui, un policía retirado de 61 años que cumplía funciones de vigilancia en el minimarket de una estación de servicios y que se enfadó porque los muchachos hicieron comentarios contra la fuerzas de seguridad que participaron de la represión al cacerolazo en la Plaza de Mayo.
Ayer, una alta fuente judicial aseguró que el policía retirado de la Federal fue indagado por el juez Ricardo Warley, quien le dictó el auto de procesamiento con prisión preventiva. Además, el magistrado le fijó un embargo sobre sus bienes por tres millones de pesos, mientras que dispuso para las próximas horas que el imputado sea sometido a pericias psicológicas.
En tanto, los restos de los tres jóvenes asesinados fueron inhumados ayer en los cementerios de Flores y Chacarita donde sus familiares pidieron que el acusado pague por lo que hizo (ver abajo).
En cuanto al relevo de la plana mayor de la comisaría 43ª, en cuya jurisdicción ocurrió el triple homicidio y la posterior represión a los familiares y amigos de las víctimas, se dijo desde la Policía Federal que "tiene por fin el hacer cristalina y prolija" la investigación.
A quemarropa
El caso se inició a las 4 del sábado en Bahía Blanca y Gaona del barrio porteño de Floresta, cuando los tres amigos ingresaron al minimarket de una estación de servicios, mientras en la televisión se mostraban imágenes en las cuales varios manifestantes golpeaban a un policía en Plaza de Mayo tras un cacerolazo.
En esas circunstancias, según la quiosquera y testigo clave del caso, uno de los amigos comentó: "Eso es por lo que hicieron ustedes la semana pasada", al parecer, dirigiéndose al custodio y policía retirado Velaztiqui que se encontraba en el lugar.
Con esa frase, el joven hacía referencia a las siete muertes de manifestantes en Plaza de Mayo el jueves 20 de diciembre, tras cacerolazos y saqueos que terminaron con la renuncia de Fernando de la Rúa.
Según la testigo, al escuchar la frase de los amigos, Velaztiqui dijo "basta", extrajo su arma y tiró contra los tres muchachos. Tasca y Gómez murieron en el lugar, y Matassa en el Hospital Alvarez.
Tras los crímenes, según denunció la quiosquera, el acusado quiso plantarle un cuchillo al trío de amigos "como para hacer creer que lo habían atacado o querían cometer un robo". La mujer también refirió que el custodio sacó los cadáveres de las víctimas a la vereda, arrastrándolos de los pelos para alterar la escena del crimen. Tras ello hizo un llamado telefónico y fue detenido por personal de la comisaría 43ª.
El contenido de la charla telefónica que mantuvo Velaztiqui, al parecer con personal policial, "puede ser clave para la causa", dijeron las fuentes.
En la Federal dijeron que "el policía estaba retirado, cumplía un servicio adicional en la estación de servicios y de ninguna manera prestaba servicio en la comisaría de la zona".
En tanto, en el juzgado a cargo del caso, ya recibieron un adelanto de las autopsias practicadas a los cadáveres. Este estudio y otros peritajes balísticos complementarios permitirán determinar la distancia a la que fueron baleados los amigos.
En este sentido, la encargada del quiosco donde ocurrió el episodio dijo que "los chicos fueron fusilados, y los disparos a quemarropa". Incluso, la testigo ilustró con sus manos como una de las víctimas recibió un disparo con el caño del arma apoyada en su cabeza.
Por otra parte, la comisaría 43ª seguía anoche custodiada por personal de la Guardia de Infantería de la Policía Federal luego de la batalla a pedradas y gases lacrimógenos entre vecinos y amigos de los fallecidos, con decenas de policías.