 |  | Grosso consideró que fue "la excusa, y no la causa" del cacerolazo del viernes El ex asesor aseguró ser víctima de una conspiración
 | El ex intendente y ex asesor del gobierno Carlos Grosso consideró que fue "la excusa, no la causa" del cacerolazo del viernes a la noche, y señaló que presentó su renuncia al presidente interino Adolfo Rodríguez Saá para no ser el blanco de "otros ataques" contra el jefe del Estado. "Hay en eso un trasfondo político. Tres o cuatro días antes ya se convocaba por e-mail a un cacerolazo en mi contra, vaya a saber por qué. Creo que hay quienes buscan limitar el liderazgo del presidente, y suponen que bajando un muñeco del gobierno limitaban su poder", señaló. En una entrevista publicada ayer por Clarín, Grosso admitió haber cometido "un exabrupto de soberbia" cuando en la Casa de Gobierno dijo a los periodistas haber sido elegido "por mi inteligencia, no por mi prontuario". "Fue triste dejar un gobierno al que había entrado con esperanzas de trabajar y de servir. Pero también estaba muy sereno por cumplir con un acto de lealtad, con dar un paso al costado para no ser la excusa para otros ataques contra el presidente", indicó. El ex intendente menemista señaló que fue "incorporado a un gobierno de salvación nacional para colaborar, pero no pudo ser. Yo fui la excusa, no la causa de la Plaza. Simplemente la excusa. El viernes, la TV mostraba en letras catástrofe Grosso renunció y las cosas seguían cada vez peor. Creo que allí convergieron varias cosas". "Lo central es la situación económica, la legítima aspiración de la gente de retirar los fondos que les corresponde; eso llevó a inculpar a la Corte y a otros personajes. Además, hay un creciente espíritu de anarquía y nihilismo que se expresa en gestos no politizados, la idea de que no hay ninguna alternativa, la negación del valor de las instituciones. Y a eso se agregaba un anarquismo politizado, que quiso quemar elementos simbólicos: los bancos, la Casa de Gobierno", prosiguió. Para Grosso, "el error o el acierto de mi decisión estuvo en la honestidad y frontalidad de la actitud que tomé. Estoy libre de culpa y cargo, nunca dejé el país, tuve 38 juicios y fui sobreseído de todos, no tuve ninguna condena judicial. Y en lo que se refiere al imaginario de la gente, con mi ostracismo cumplí con la condena más larga que alguien pueda imaginar". "Creo haber purgado esas condenas y, como cualquier ciudadano, tenía deseos de trabajar en aquello que amo y me apasiona. Pero bueno, ahora voy a seguir trabajando desde cualquier otro lugar. Los que me conocen saben que lo voy a hacer, y espero que los que aún están influenciados, los de la plaza del medioevo, logren entenderme y creerme", agregó.
| |
|
|
|
|
 |
Diario La Capital todos los derechos reservados
|
|
|