Año
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Rosario,
lunes  31 de
diciembre de 2001
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El flamante "corralito" bancario cercó a gran parte de la clase media
En los Tribunales atesoran 28 mil demandas por cobro de expensas
En lo que va del año, la morosidad en el pago de los gastos centrales de edificios superó el 43 por ciento

Lucas Ameriso

Recesión, tercera moneda, devaluación, retención de depósitos en los bancos. A la hora de administrar la alicaída economía doméstica, ¿quién prioriza el pago de expensas? Una clara respuesta puede encontrarse en los datos recopilados por una administradora de propiedad horizontal entre 250 edificios de la ciudad. La mora en el pago de los gastos centrales superó el 43 por ciento, y se estima que los vaivenes económicos producirán un incremento de estos índices para el primer trimestre del 2002. En la Justicia se puede encontrar otra consecuencia directa de esta situación. Durante el 2001, los dos juzgados de ejecución de los Tribunales provinciales acumularon 28 mil demandas judiciales por el incumplimiento en estos servicios.
El pago de las expensas se transformó en muchos hogares en un lujo del pasado. Frente a la recesión económica y ante una posible devaluación, los ingresos familiares alcanzan para las compras del supermercado y el pago de servicios imprescindibles como la luz, el gas o el agua.
Para Edgardo Kaial, especialista en propiedad horizontal, "la bancarización impuesta por el ex ministro (Domingo) Cavallo ha impactado en los consorcios incrementando aún más el retraso en el pago de las expensas".
Y según un estudio privado realizado por esta firma administradora, el índice de morosidad en el pago de los gastos centrales superó el 43 por ciento.
"Es mínima la cantidad de consorcistas que pagaron en los primeros días del mes los gastos centrales. Y como están las cosas, seguro que habrá que esperar a que se normalice la actividad bancaria para completar el cobro", indicó el administrador de edificios.
Si se tienen en cuenta los índices registrados hace exactamente un año (en diciembre del 2000 fue del 25 por ciento) el incremento llega al 18 por ciento.

Tribunales atiborrados
Pero sin duda que otro indicador claro del default que soportan los consorcistas de edificios se puede ver en la Justicia. En los Tribunales provinciales de Rosario hay sólo dos juzgados de ejecución con competencia para entender en estos reclamos que no superan los 2.250 pesos de deuda y que se inician una vez que la mora en el pago de los gastos centrales promedia los 600 pesos.
Para este año 2001, ambos estrados judiciales ya acumularon 28 mil juicios de estas características, a los que deben sumarse aquellos pendientes de resolución de años anteriores.
A su turno, el abogado y administrador de propiedades Jorge Kaial consideró que "recurrir a la Justicia en estas condiciones de colapso, es la mayor injusticia que puede sufrir un consorcio que persigue el cobro de expensas".
Es más, la crisis termina perjudicando al cumplidor de los gastos centrales. "La tramitación de un juicio alienta a los deudores crónicos y como el dinero no alcanza se echa mano al fondo de reserva. Un círculo vicioso donde los que abonan las cuotas al día son castigados con un recargo en las liquidaciones mensuales", opinó el letrado.
En este sentido, Kaial puso sobre la balanza los pros y contras de la bancarización impuesta por la administración anterior. "Lo positivo es el blanqueo de fondos que circulan en torno a la administración de edificios que tiene la ciudad y que carecían de control. Esto representa una suma mensual de 10 millones de pesos", apuntó el especialista para agregar: "Lo negativo es el alto costo que afrontan los consorcistas por la suma de débitos para el pago de expensas. Esto -finalizó- puede incluso provocar un aumento de la morosidad para los primeros meses del 2002".
Lo cierto es que el corralito generó la necesidad de direccionar los ingresos semanales al pago de servicios básicos. "Las expensas pasaron a ser algo secundario, ahora que puedo sacar sólo 250 pesos por semana los invierto en el supermercado y en el pago de los servicios indispensables como la luz y el agua, que si no los pago me los cortan", confesó Jorge, uno de los tantos rosarinos que se encuentra en mora con el pago de sus gastos centrales.
Para Emilio, otro consorcista asumido como deudor, deber las expensas ya no lo sonroja. "Antes me atrasaba un mes y me mandaban al frente en el resumen de los gastos centrales, pero ahora en mi edificio cada vez somos más, así que ya no me siento avergonzado. La crisis nos afecta a todos y el pago de las expensas pasó a un segundo plano", señaló. Realidades de la bancarización y un corralito que cada vez encierra más a la clase media.



En Rosario hay 4 mil edificios que mueven 10 millones.
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