El desprendimiento de dos gigantescos témpanos en el Mar de Ross, en el continente antártico, agravado por una barrera de hielos marinos en el estrecho de McMurdo, amenazan con provocar una catástrofe ecológica para la población de pingüinos de la región, según comunicó la agencia espacial norteamericana, Nasa.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa en Pasadena, en el estado de California, dio cuenta de que dos masivos témpanos que se desprendieron en marzo del año 2000 de la plataforma de hielo del Mar de Ross formaron una barrera que alteró los vientos y las corrientes marinas al noreste del estrecho de McMurdo.
Esa barrera, añadida a expansión de los hielos marinos en más de 100 kilómetros en la actual temporada, está impidiendo que las poblaciones de pingüinos regresen a sus zonas de anidaje desde sus lugares de alimentación hacia la zona de océano abierto, indicó el comunicado de la agencia espacial estadounidense.
Esto podría diezmar la población de pingüinos, y una colonia de estas aves estaría ya en peligro de extinción, señala el laboratorio de la Nasa, en base a observaciones hechas por instrumentos a bordo del satélite Terra, lanzado en órbita terrestre en diciembre de 1999.
Grieta de 25 kilómetros
El satélite Terra está equipado con un espectroradiómetro multiangular, cuyas cámaras hacen imágenes de la Tierra simultáneamente desde nueve ángulos.
En marzo de 2001, mediante imágenes captadas por el satélite Landsat 7 de la Nasa, científicos norteamericanos descubrieron en la Antártica una grieta de más de 25 kilómetros que se expandía rápidamente en el glaciar de Pine Island.
El especialista en glaciares Robert Bindschadler, del centro espacial Goddard de la agencia espacial estadounidense, predijo entonces que la grieta en cuestión produciría el desprendimiento de un enorme témpano en el curso del año 2002. (DPA)