Golpeado por la intensidad y los ecos del cacerolazo del sábado a la madrugada, el presidente Adolfo Rodríguez Saá se reunirá hoy en Chapadmalal con los gobernadores justicialistas con el objeto de acordar algunos puntos básicos de su administración. Tras reunirse con ministros y dirigentes justicialistas, el jefe del Estado lamentó los hechos de violencia, convocó a la paz social y pidió comprensión a los bancos para que, el lunes, extiendan el horario bancario, entre las 8 y las 20.
Rodríguez Saá confirmó en la quinta de Olivos la realización del cónclave con los gobernadores, en un breve contacto que mantuvo con la prensa al cabo de una larga jornada de trabajo en la que todos los miembros de su gabinete pusieron sus renuncias a su disposición.
"Mañana (por hoy) me reúno con los gobernadores", comunicó el primer mandatario sin especificar si el encuentro estará reservado únicamente para los mandatarios justicialistas o si en cambio invitó a todos los gobernadores incluidos los que no pertenecen al oficialismo. Hasta anoche el gobernador Carlos Reutemann no había recibido la invitación.
No obstante, altas fuentes del gobierno precisaron que de la reunión participarán únicamente los gobernadores peronistas y que se llevará a cabo desde las 19.30. El presidente viajó anoche mismo hacia la villa veraniega cercana a Mar del Plata "para preparar" todo lo concerniente a ese encuentro que definió como "muy importante porque tenemos que analizar un temario que hace a la vida de la Argentina".
A poco de conocer el anuncio del primer mandatario ni siquiera algunos gobernadores peronistas sabían "a qué hora será y quienes participarán", en razón de que no tuvieron precisiones al respecto desde la presidencia.
De todas maneras, Rodríguez Saá se volverá a encontrar mañana con quienes hasta el domingo de la semana pasada fueron sus pares y compañeros que lo catapultaron hacia la presidencia el mismo día que se conoció la renuncia de Fernando de la Rúa, jaqueado por las protestas sociales y la acuciante situación económica.
La intención del primer mandatario es escuchar la opinión de los gobernadores sobre lo acontecido en el país en su primera semana de gobierno, intercambiar ideas respecto a algunas medidas a adoptar y esclarecer cabalmente lo que se propone llevar adelante para intentar sacar al país de la grave situación actual.
Uno de los ejes centrales de la reunión será el referido al corralito financiero y la actitud que tomará el gobierno respecto de la deuda externa. También estará sobre la mesa la conformación del equipo de colaboradores que designó, ya que los gobernadores tienen reparos con algunos de los funcionarios que integran el gabinete, más allá del alejamiento forzado de Carlos Grosso como jefe de Asesores de la Jefatura de Gabinete.
Otro punto de gran interés se centrará en el tema de la duración del mandato del puntano al frente de la presidencia, en razón de que varios mandatarios dudan de que cumpla con lo establecido por la Asamblea Legislativa de convocar a comicios para el 3 de marzo. Esa fecha será consagrado un nuevo presidente con mandato hasta el 2003.
El objetivo de trasladar hacia la costa atlántica el escenario del cónclave apuntó a evitar cualquier tipo de manifestación o cacerolazo ya que inicialmente se había barajado la posibilidad de concretarlo en la Casa de Gobierno o en la residencia de Olivos.
Poco antes de confirmarse la realización del cónclave, algunos gobernadores le pidieron a Rodríguez Saá que les brindará "por mail o fax" los puntos precisos del encuentro. "Todos estamos disponibles. El presidente dirá dónde y cuándo es la reunión", expresaron por la tarde en forma casi coincidente un par de gobernadores.
Uno de esos mandatarios adelantó que reclamará al presidente que "nos diga cómo piensa salir de los plazos fijos paralizados y que se va a hacer con la deuda externa. Este es un momento bravísimo y nadie puede hacer especulaciones personales".
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