Año CXXXV
 Nº 49.345
Rosario,
domingo  30 de
diciembre de 2001
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La crisis. Ningún miembro de la Cámara alta podrá superar los 3.000 pesos
Otro efecto de los cacerolazos: los senadores se bajarán las dietas
Analizan un severo recorte para equiparar las remuneraciones con lo que cobra el presidente

Apenas unas horas después de que se produjera el incendio de buena parte de las instalaciones del Congreso (ver página 10), las autoridades de la Cámara alta analizan la posibilidad de implementar en lo inmediato el tope de 3.000 pesos para las dietas de los legisladores y del resto del personal del cuerpo, con el fin de equipararlo con el monto que el presidente de la Nación se fijó para su sueldo.
Según confirmaron allegados al bloque del PJ, la mayoritaria bancada del Senado iniciará esta semana un estudio para determinar de qué forma se puede implementar el tope de 3.000 pesos para las dietas de los legisladores sin alterar el escalafón del resto del personal.
Desde la Secretaría Administrativa, dependiente del presidente del cuerpo, Ramón Puerta (PJ-Misiones), se intentará bajar los haberes de los aproximadamente 6.000 pesos actuales a los 3.000 que fijo Rodríguez Saá como sueldo del primer mandatario del país.
Una de los núcleos de la medida pasa por determinar si dentro de esos 3.000 pesos estarán incluidos los pasajes que reciben mensualmente los legisladores y lo que perciben por gastos de representatividad y otros adicionales.
Otra de las cuestiones a resolver es lo que sucederá con las categorías superiores del personal del Senado, teniendo en cuenta que al menos tres de ellas superan los 3.000 pesos.
En esta parte del organigrama aparecen secretarios, prosecretarios, directores generales, directores y personal de las categorías denominadas 1, 2 y 3.
La medida, igualmente, ya tiene algunos antecedentes inmediatos: hace un año los legisladores se bajaron parte de sus dietas en el marco del cumplimiento de la ley de déficit cero, aunque ese descuento no llegó al tope dispuesto ahora por Rodríguez Saá .
Con respecto al personal, y a pesar de la independencia del Poder Legislativo, cuando se aprobó el déficit cero también fue alcanzado por el descuento del 13 por ciento, aunque con aplicación diferenciada entre planta transitoria y permanente.
Este recorte del 13 por ciento para el personal del Congreso tuvo un intento de derogación por parte de los senadores del PJ que culminaron sus mandatos el pasado 10 de diciembre, encabezados por el jujeño Alberto Tell.
Esa iniciativa, la última que votó el viejo Senado, fue derogada en la primera sesión que reunió a los senadores electos el 14 de octubre mediante el voto popular.
En este sentido jugó un papel importante la decisión de Puerta de avanzar con una serie de resoluciones internas para terminar con viejas prácticas, aun ante la resistencia de algunos de los integrantes del PJ que renovaron sus mandatos.
El senador misionero decretó desde su asunción la cancelación de la entrega ilimitada de pasajes a los senadores; la restricción de los adelantos de dietas y la eliminación de una serie de dependencias consideradas como burocráticas. Como contrapartida de esto último, voceros de Puerta negaron que se hayan rejerarquizado otras áreas con el consecuente incremento de presupuesto.
Además de las medidas mencionadas, se enviaron un centenar de telegramas de cesación de servicios a personal que revestía en planta transitoria y se cotejaron las planillas de liquidación de haberes con las que posee la Ansés, con el fin de detectar irregularidades por incompatibilidad.
La multitud que el sábado por la madrugada se concentró frente al Palacio Legislativo pidió reiteradamente que diputados y senadores rebajaran sus dietas y un cambio en la forma de hacer política, máxime cuando quedó sin esclarecer el mayor escándalo de la posdemocracia: el pago de coimas por la reforma laboral.



La gente quiere cambios en la forma de hacer política.
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