Corina Canale
En los tiempos en que luchaban por sus tierras, codiciadas por el blanco, los mapuches iban a Copahue, en su lengua "lugar de aguas curativas", un sitio de la cordillera andina de Neuquén donde sanaban heridas y mitigaban dolores. El bálsamo caliente equilibraba la energía de sus cuerpos, y mirar los bosques de pehuenes milenarios les reconfortaba el alma, agobiada por los cruentos combates. El volcán que bufaba y soltaba azufre, era para ellos una inagotable fuente de salud y bienestar. Copahue se convirtió en un centro termal único en América, por las aguas que fascinaban a los mapuches y por sus fangos y algas. Un sitio que sólo se puede disfrutar en verano, cuando el sol aleja la nieve del riguroso invierno cordillerano. Muy cerca surgió al pie del volcán la villa de montaña Caviahue, en lengua nativa "lugar de fiesta", donde está desde 1997 un Centro de Alto Rendimiento Deportivo, el segundo del país después del que funciona en la localidad jujeña de La Quiaca. En el moderno Centro de Hidroterapia Copahue hay lagunas al aire libre, como la Verde, cuyas aguas verdosas provienen de las algas, y la del Chancho, que tiene muchas fumarolas y un limo fino en el fondo, que le confiere a las aguas un color grisáceo. En la laguna del Chancho los baños de inmersión se complementan con milenarias prácticas egipcias, como embarrarse el cuerpo con lodo y secarlo al sol. Y en la laguna Sulfurosa, plena de vapores, el agua fluye a unos 66 grados centígrados. Más allá del complejo y de sus gratificantes tratamientos, la comarca Copahue-Caviahue tiene otros atractivos. Desde el cráter del volcán se observa la majestuosidad de la cordillera de Los Andes y los picos de los volcanes Lanín y Domuyo. Desde allí, también se tiene una vista panorámica del lago Caviahue y de los bosques de araucarias que lo rodean. Es interesante conocer la historia científica del pozo geotérmico, un reservorio de aproximadamente 1.000 hectáreas, cuya temperatura de más de 150 grados centígrados produce energía para usos térmicos directos. Una prueba del uso de esta fuente energética natural es la red subterránea de cañerías, construida para calefaccionar calles y edificios de Copahue, una experiencia única en el país. La laguna Escondida emerge sobre terrazas de basalto, y desde ella se ve villa Caviahue y el lago del mismo nombre; hacia la derecha está el arroyo Dulce, y hacia la izquierda el río Agrio. Sobre este río está el salto del Agrio, un espectacular salto de agua de 67 metros de altura, que cae en una pileta natural con paredes de basalto que semejan columnas, y también las cascadas del Agrio, siete saltos rodeados de bosques de araucarias. Y en Las Maquinistas, el único paraje termal activo de esta comarca, es donde se concentra la actividad volcánica que surge de las entrañas furiosas de la tierra. Un lugar para mirar las pequeñas olletas, los respiraderos, las fumarolas. (Télam)
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