José M. Petunchi
Los caminos de Juan Manuel Llop y Newell's parecen que seguirán unidos. Al menos, por ahora. Más allá de que la campaña que hizo no dejó conforme a los dirigentes, a los hinchas, a los jugadores ni a él mismo, a regañadientes la dirigencia rojinegra está pensando en la alternativa de mantenerlo en el cargo. De todos modos, no hay consenso en la comisión, algunos consideran que "se tiene que ir", aunque otros advierten que "no hay nada decidido sobre su continuidad", lo que en buen romance significa que por ahora seguirá al frente del equipo. Aunque esto, al decir de las fuentes consultadas, obedece más a la falta de alternativas en este complejo y debilitado presente rojinegro, que por convencimiento. Para hacer un análisis de la campaña hay muchos factores que se pueden evaluar, pero es difícil equivocar el enfoque si se lo hace sobre tres aspectos: la campaña, la idea de juego y la promoción de juveniles. Para algunos dirigentes en los dos primeros ítems está en deuda, porque los números le dieron la espalda y no logró plasmar una idea definida de juego. Sin embargo, a la hora de resaltar las cosas que tiene a favor rescatan la promoción y el trabajo que viene haciendo con los jóvenes o con aquellos que no habían tenido mucha continuidad hasta aquí, como los casos de Luque, Grabinski, Grech y Elvio Martínez, además de lo que viene desarrollando desde hace un par de meses con los pibes Matías Fondato y Lisandro Sacripanti, entre otros, quienes seguramente desde el 11 de enero participarán de la pretemporada del plantel profesional. Parece mentira, pero en un fútbol tan profesionalizado pero cada vez con mayores problemas económicos, la decisión del cuerpo técnico de quedarse trabajando en Ricardone también es un punto que le jugaría a favor en su continuidad. Aunque esto es un círculo vicioso. Porque si hubiese dinero en el club, seguramente la hubieran hecho en Mar del Plata. Lo que a la vez marca una falla estructural en lo financiero. A juzgar por los números -un aspecto en el que le gusta apoyarse Llop-, la campaña se puede considerar entre mala y mediocre, sobre todo si se tiene en cuenta que el objetivo del técnico cuando arrancó el certamen apuntaba a clasificar al equipo a una de las copas internacionales. El equipo bajo su conducción disputó 18 encuentros, con un saldo de 6 victorias (Banfield, Independiente, Lanús, Argentinos, Talleres y Huracán), 4 empates (Vélez, Chacarita, Central y Unión) y 8 derrotas (Racing, Belgrano, San Lorenzo, Colón, Gimnasia, River, Estudiantes y Nueva Chicago). Es decir que logró 22 sobre 54 puntos en juego. Sólo el 40,74 por ciento de los puntos. Los números no mienten, por más antipáticos que resulten. Si hasta el mismísimo Llop luego de la derrota ante Nueva Chicago, en Mataderos, admitió a la salida del vestuario que "esperaba lograr mejores resultados con este equipo", aunque en la semana se desdijo y aclaró que no había querido decir lo que dijo. Con este panorama, aunque la continuidad del Chocho al frente del plantel se confirme en la reunión que mantendrá con los directivos en los primeros días del próximo año, su figura quedará lógicamente debilitada. Y la menor seguidilla de resultados adversos en el Clausura pondría al borde del abismo otra vez al DT, como ya le pasó a mediados del torneo cuando en siete fechas sólo cosechó un punto. Otro dato que nadie puede soslayar en este tema, y que a la vez representa un mensaje directo al técnico, es que de los dos refuerzos que llegaron al club antes del inicio del torneo Apertura por expreso pedido del entrenador ya se fue el colombiano William Vázquez (le rescindieron el contrato) y el lateral-volante Gustavo Dueña seguiría el mismo camino en las próximas horas. Por ahora, el Chocho parece que sigue, pero para contar con el aval de la mayoría le falta bastante.
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