La crisis económica argentina provoca espanto en la industria turística de los países limítrofes. Mientras los cálculos oficiales en Brasil sobre la merma de viajeros ya llegan al 50 por ciento, los hoteles de Río de Janeiro comenzaron a exigir el pago por adelantado, y en dólares, de las reservas realizadas por visitantes de Argentina. En Uruguay, en tanto, las reservas hoteleras cayeron ya un 30 por ciento y los alquileres de viviendas un 20 por ciento con respecto a la temporada 2000/2001. Por último, los operadores de la zona central de Chile indicaron que no recibirán pesos argentinos para alquileres de inmuebles, gastos de hotelería y pagos en gastronomía.
Las pérdidas estimadas en Brasil por la drástica reducción del número de turistas argentinos, que en el año 2000 representaron el 33 por ciento de visitantes extranjeros, asciende a más de 400 millones de dólares.
"Los hoteles están siguiendo una norma de la Asociación de Bares, Hoteles, Restaurantes y Afines debido a que centenares de reservas hechas por argentinos ya fueron canceladas", señaló el titular de la Compañía de Turismo de Río de Janeiro (TurisRio), Sergio Ricardo de Almeida.
Almeida estimó que el número de visitantes argentinos al estado de Río de Janeiro se "reducirá a la mitad este verano" por la crisis.
Tanto en Río como en el estado sureño de Santa Catarina, cuyas playas son muy visitadas por los argentinos, los hoteles y restaurantes dejaron de recibir pesos y sólo aceptan dólares.
En Santa Catarina, el gobierno lanzó ayer una campaña para atraer a turistas de otras regiones de Brasil, en un intento de minimizar las pérdidas. Santur, el organismo estadual de turismo, calcula que habrá sólo 250 mil turistas argentinos, la mitad de los que veranearon allí la última temporada. Entre el 50 y el 60 por ciento de las reservas hechas por argentinos en las playas brasileñas de Florianópolis y Camboriú fueron canceladas, ante el temor de una devaluación, y por la imposibilidad de extraer dinero en las redes de expendedoras automáticas de dinero.
El estado de Río de Janeiro es visitado cada año por 300 mil argentinos. Las playas de Buzios, a 200 kilómetros al norte de Río, reciben anualmente a 60 mil argentinos y deberían ser las más afectadas por la debacle económica nacional. "La crisis argentina no podía venir en el peor momento, en vísperas de alta temporada", lamentó el secretario de Turismo de Buzios, Isac Tillinger, quien preve que la merma en el número de turistas argentinos podría llegar al 70 por ciento.
Antes de que estallara la crisis, los brasileños esperaban 1.500.000 turistas argentinos, con un gasto total de 870 millones de dólares.
"Dólares o moneda chilena"
Los operadores turísticos de la zona central de Chile indicaron que no recibirán pesos argentinos, una medida criticada por las autoridades gubernamentales.
Alexis Burhardt, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio y Turismo del la región costera de Valparaíso, favorita de los turistas argentinos, dijo que "los comerciantes, oferentes hoteleros y gastronómicos sólo aceptarán dólares o moneda chilena". Ello significa que no recibirán pesos argentinos ni sus tarjetas de débito para no arriesgar mayores pérdidas ante su eventual devaluación.
La decisión, no obstante, originó una dura crítica del director regional del estatal Servicio Nacional de Turismo, Bernardo Arriaza, que la consideró "un error porque los argentinos optarán por vacacionar en Uruguay y Brasil". El funcionario pareció no estar al tanto de que en esos países también son rechazados los pesos argentinos.
Los balnearios de la costa central de Chile han sido los favoritos para los argentinos de regiones limítrofes o cercanas, como Mendoza, San Juan y Córdoba, por la menor distancia entre sus ciudades y el mar.
Los turistas argentinos que llegaron a Chile durante el verano pasado fueron 858.700 lo que significó un aumento, en los últimos cinco años, del diez por ciento de veraneantes que cruzan la Cordillera. (Reuters-Ansa-DPA)
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