Año CXXXV
 Nº 49.344
Rosario,
sábado  29 de
diciembre de 2001
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Panorama
Ganadería: la crónica de un año que no fue
La aftosa y el silencio tramposo llevaron al sector a su peor crisis. Si se hacen las cosas bien, se puede salir

Angel Girardi (*)

Evidentemente, el 2001 será un año difícil de olvidar, no sólo para la producción agropecuaria sino para todo el país o, mejor dicho, para el mundo entero.
Como olvidarnos del "secretario de los 77 mercados" e impulsor del virus ST (Silencio Tramposo), que nos sumergió en una crisis no sólo sanitaria, sino de credibilidad internacional, que todavía hoy nos cuesta revertir.
A comienzos de enero del año que se está yendo le planteamos personalmente la necesidad de sincerarnos y recordamos perfectamente que graficamos la escena, haciendo mención a que en nuestra época colegial cuando reconocíamos una falta la sanción era menor y mucho más leve que cuando la ocultábamos y finalmente éramos descubiertos.
Lamentablemente, no se nos escuchó y se siguió con el plan de promocionar las carnes en Miami, con los embajadores agropecuarios, figuras de nuestra creación, la cual el tristemente célebre Secretario de los 77 mercados farandulizó.
Todos sabemos como terminó esto: fue mandado a llamar urgentemente desde Miami, en marzo dejó de estar en funciones y nuestras carnes dejaron de actuar en el gran escenario mundial.
Esto nos empujó a una profunda crisis a todos los integrantes de la cadena ganadera (criadores, invernadores, consignatarios, personal de la industria de la carne, frigoríficos exportadores y de consumo).
Como si fuera poco, el reingreso de la aftosa se vio agravado y complicado con las inundaciones mayores que se recuerdan en la pampa húmeda argentina, teniendo mucho que ver la traición del principio hidráulico universal, que dice que toda obra debe comenzar desde su desembocadura, o sea aguas abajo y no como se ha hecho en la mayoría de los casos, aguas arriba, con las consecuencias antes descriptas.
A la fiebre y al agua, que no sólo afectó a la ganadería, sino también a cultivos vitales como el trigo, maíz, girasol y soja, le siguió una profunda descapitalización y endeudamiento del sector.
Como si fueran pocos estos hechos, el 11 de septiembre se sacude el mundo con la "Benladenización" de la seguridad universal, pues no sólo caen las torres gemelas con millares de muertos sino que es atacado también el Pentágono; haciéndonos ver que no sólo los productores estamos expuestos, sino el mundo entero.
El avance del almanaque con los efectos a cuesta llegó hasta el 20 de diciembre, donde un presidente votado por la gente es sacado por su propia gente, sumergiéndonos en la peor crisis económica, financiero-institucional que la República recuerde.
Brevemente enunciamos o intentamos ver algo de lo mucho que sucedió en este difícil año para toda la humanidad. Pero permítannos algunas reflexiones para el año que está por comenzar.
Es vital poner el sistema financiero al servicio del aparato productivo y no al revés como sucedió hasta ahora.
El pago de la deuda, que asciende a la mitad del PBI, se podrá pagar siempre y cuando comencemos a combatir la pobreza y administrar riqueza. Esto se logrará reactivando el agro en todos sus sentidos.
Pronto volveremos a Europa con nuestras carnes, seguramente en febrero, por ello es vital producir a pleno con eficiencia, combatiendo la evasión y haciendo hincapié en la sanidad e identificación de nuestros rodeos.
La trazabilidad debe dar valor agregado a nuestra producción, esto es condición indispensable sino, no tiene sentido.
El Instituto de Promoción de Carnes, ya sancionado por ley, comenzará a funcionar y allí, Aprocaboa, junto con CRA, Federación Agraria Argentina, Coninagro y Sociedad Rural Argentina, integrará la asamblea de representantes.
Desde ahí defenderemos los derechos de nuestros ganaderos y cumpliremos con todas nuestras obligaciones y el legado de 50 millones de cabezas que quieren y merecen jugar en primera división.
En el año 2002, el escenario para nuestra ganadería seguramente será mejor, no sólo volveremos a Europa sino también a Israel y al mercado chileno, pero esto ocurrirá si nuestro esfuerzo no se interrumpe por nada e inyectemos el gen "SP" (Se Puede).
Nuestro país lo merece y, como todos sabemos, no puede seguir esperando.

(*) Presidente de Aprocaboa


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