Año CXXXV
 Nº 49.344
Rosario,
sábado  29 de
diciembre de 2001
Min 22º
Máx 35º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






El invitado: Para que no se termine la ilusión

Alberto García Fuentes (*)

De haber mantenido la participación en el comercio mundial que teníamos a principios del siglo XX, hoy estaríamos exportando por una cifra muy similar a los 150.000 millones de deuda que nos agobia.
Seríamos un país pujante y no estaríamos en la situación actual de pesimismo, ineficacia, pobreza y corrupción.
Acciones y omisiones de los mismos argentinos nos llevaron a esto y no los fantasmas externos que, dicen, nos acechan.
Desde la década del 30, en un modelo corporativo de organización social, las instituciones democráticas fueron reemplazadas por consensos entre las corporaciones sindicales, empresariales, profesionales y políticas. Los derechos de propiedad de los ciudadanos pasaron a depender de la fuerza del lobby ejercido por las corporaciones, o del retorno económico ofrecido a los funcionarios.
¿Para qué invertir, para qué innovar, para qué crear con esfuerzo e imaginación si de la otra forma se lograban mejores resultados?
Hoy, mientras los productores agropecuarios sólo pedimos equidad, honestidad e idoneidad, grupos empresarios piden proteccionismo y subsidios, los sindicalistas gritan para no perder la caja de las obras Sociales, y -hasta ahora- los políticos, mintiéndonos permanentemente, traban la reestructuración del Estado para no perder los miles de millones de dólares del financiamiento oculto de la política.
¿Estamos condenados a ser un país decadente y a perder la ilusión de vivir con bienestar y alegría?.
No debemos resignarnos, pero mientras esa organización nefasta se mantenga y no sea destruida u ordenada compulsivamente, no tenemos solución. No debería haber consensos ocultos, negociados por unos pocos que no nos representan.
No debería haber desocupados, miseria, saqueos, piqueteros. Pero antes de esto, y como condición necesaria e indispensable, no deberá haber más funcionarios enriquecidos, Justicia que no es justicia, gastos reservados, jubilaciones de privilegio, asesores, ñoquis, y asociaciones ilícitas.

(*) Productor agropecuario


Diario La Capital todos los derechos reservados