| | Gran Bretaña pide control de los inmigrantes ilegales en el eurotúnel ferroviario Lo exige luego de que el martes 130 personas entraran al corredor desde el lado francés para llegar a Inglaterra
| El aluvión de desesperados inmigrantes ilegales que el martes pasado intentaron llegar a Inglaterra, luego de invadir el lado francés del túnel del Canal de la Mancha, sigue generando inquietud en las autoridades británicas. El ministro del Interior del Reino Unido, David Blunkett, exigió ayer medidas para evitar la presencia de inmigrantes en la parte francesa del eurotúnel. "No tengo la intención de erigir una fortaleza Gran Bretaña, pero tenemos el derecho a defender nuestras fronteras y nuestra integridad nacional", dijo el ministro. Más de 500 refugiados del campamento de Cruz Roja de Sangatte violaron en la noche del martes los controles de seguridad de la entrada francesa del Eurotúnel para llegar a Gran Bretaña. Fueron reprimidos por la policía, pero en Francia crecen los temores a que los refugiados puedan planear una nueva acción en la noche de Año Nuevo. La policía, las fuerzas de seguridad y el ejército francés trataron durante ocho horas de sacar a los 130 inmigrantes -la mayoría asiáticos y de Europa Oriental- que consiguieron entrar al túnel y lanzaron gases lacrimógenos a otro grupo de 400 refugiados que se aproximaba a la entrada. Durante ese lapso, el tráfico de trenes de pasajeros y mercancías estuvo paralizado. El grupo de personas que ingresó al túnel rompió cercas y cerraduras electrónicas para tal propósito. "Ninguno entró en Gran Bretaña", dijo un portavoz policial. Nadie resultó herido durante la acción, la última de una serie de intentos por parte de refugiados para llegar hasta Gran Bretaña, donde esperan encontrar residencia permanente y una vida mejor. Representantes del Partido Conservador británico exigieron ayer la dimisión del subdirector francés del campamento de la Cruz Roja de Sangatte, Michel Mériaux, después de que éste asegurara haber tenido conocimiento de los planes de los refugiados y no haber avisado a las autoridades. "No dirigimos un campo de prisioneros sino un lugar de refugio", se defendió Mériaux. Los cuatro cabecillas del grupo de refugiados, tres iraquíes y un afgano con edades comprendidas entre los 19 y los 21 años, fueron condenados en la noche del jueves a cuatro meses de cárcel en un proceso rápido por un tribunal de Boulougne-sur-Mer. Además, los acusados tendrán que pagar una multa de 300 mil euros (unos 265 mil dólares) por los destrozos ocasionados en el túnel. En el caso de no poder pagar, tendrán que contar con una prolongación de la condena. (Reuters-DPA)
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