"Poner en riesgo la salud de la gente por especulación es casi un delito". En esos términos, el subsecretario de Salud provincial, Ramiro Huber, denunció ayer públicamente la crítica situación que atraviesan los hospitales públicos. Huber, en compañía de su par municipal, Miguel Angel Cappiello, apuntó contra algunas droguerías y laboratorios a los que consideró como los principales culpables de la falta de medicamentos e insumos a nivel local por un hecho meramente especulativo. Incluso convocó a la población a un virtual escrache: "Habrá que identificar quiénes son, dónde están y dónde viven (los titulares de esas droguerías y distribuidoras), y generar presión social. Eso servirá para que quienes hicieron muy buenos negocios con la medicina no saquen los pies del plato y se hagan responsables", disparó.
La salud pública está al límite, y los funcionarios decidieron levantar la voz y expresar algunas de los disparadores de esta terapia intensiva sanitaria. Con este fin se reunieron ayer en el Area 8 de Salud Provincial los principales referentes del sector de toda la provincia. Junto a Huber y Cappiello estuvieron además Lelio Mangiaterra (Rosario), Oscar Molón (Cañada de Gómez), Alfredo Botta (Venado Tuerto) y Julio Santacruz (San Jorge), entre otros funcionarios.
"Nos preocupa porque en los hospitales públicos cada vez hay menos oferentes en las licitaciones de medicamentos. Así condicionan la oferta a pago al contado y en moneda dólar. En algunos casos han triplicado y cuadruplicado el valor histórico de los productos que ofrecen", denunció Huber. Y agregó: "Es más, hasta las empresas que ganaron las licitaciones retacean las entregas, pese a que tienen compromisos asumidos".
Los funcionarios afirmaron que "hasta ahora se está dando respuesta a las necesidades", pero hicieron hincapié en algunos faltantes críticos como los medicamentos oncológicos, insulina, prótesis y válvulas, entre otros.
Visiblemente preocupado, Cappiello señaló una situación más que anómala que sucede en estos días de especulación de precios. "No tenemos marcapasos, y piden 4.800 dólares por uno cuando antes los conseguíamos a 1.700. Por más que tuviéramos el dinero no podemos comprar a esos precios -explicó- porque nos lo impiden las leyes contables. Cometeríamos un error administrativo y nos traería problemas como funcionarios públicos".
Otro de los inconvenientes que afrontan los efectores públicos es que toda la tecnología de salud que utilizan generalmente es importada, y por lo tanto cada vez más costosa. "Hay casos en que por carecer de determinadas tecnologías, tendremos que volver a la cirugía tradicional. Esto no quiere decir que los pacientes se van a morir, pero sí que se le afectará la calidad de atención y tendrán otros tiempos en los posoperatorios", dijo Cappiello.
Mecanismos de control
Para frenar la ola especulativa de las droguerías y distribuidores de medicamentos, Huber propuso dos caminos. Por un lado, convocó a la gente a ejercer una fuerte presión social para que esto no ocurra. "La sociedad argentina ha dado muestras de madurez, por eso debe imponerse y no permitir que se ponga en riesgo la salud de la gente. No todas las droguerías y laboratorios están teniendo esta conducta especulativa. Habrá que identificar quiénes son y generar actitudes de presión social para que aquéllos que han hecho muy buenos negocios no saquen los pies del plato y se hagan responsables", enfatizó el subsecretario de Salud Provincial.
Con duros términos, Huber no escatimó palabras para referirse a la especulación que realizan tanto los distribuidores como los laboratorios. "Poner en riesgo la salud de la gente por especulación es un hecho casi delictivo", repitió.
El funcionario destacó que ordenará una inspección a farmacias y droguerías para verificar la existencia de stock y comprobar si el desabastecimiento es real. Además, se pidió al Ministerio de la Producción de la provincia, más conocido como Magic), que intervenga en el control de los "exacerbados incrementos de precios"; se informó a Fiscalía de Estado provincial para que intervenga "en forma dura y concreta", y hasta se comunicó esta anomalía al actual secretario de Salud de la Nación, el ex gobernador santafesino Víctor Reviglio.
Sin embargo, en las farmacias rosarinas prefirieron no alertar a la población. "Desabastecimiento todavía no hay, pero lo cierto es que pedís tres medicamentos y te mandan uno", dijo María Silvia Hernández, titular de la farmacia Hernández de San Juan al 600.
La titular del Colegio de Farmacéuticos, Graciela Pensa, destacó que actualmente está cortada la cadena de distribución y sólo se abastece con un cupo determinado. Pensa asoció esta situación con la que se padeció en la época de la hiperinflación de 1989: "Siempre hacen igual, cuando se prevé un aumento lo primero que hacen es no entregar".
En este marco, recomendó a las autoridades de Salud que se haga el máximo control en la entrega de medicamentos y pidió a la comunidad que consuma sólo lo necesario para que no le falten insumos al que realmente lo necesita.