Las exportaciones se paralizaron como consecuencia del feriado bancario y la incertidumbre sobre el régimen monetario, luego del anuncio de la implementación de la tercera moneda. La situación es especialmente crítica en el sector granario, donde en plena cosecha de trigo, no se registraron operaciones en los mercados institucionales.
"Estamos trabajando con una dosis de incertidumbre importante y prácticamente paralizados", dijo Raúl Padilla, presidente de la Cámara de Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), que reúne a las principales agroexportadoras del país.
Padilla señaló que las terminales están cargando la mercadería que tienen en existencia. "Mientras se pueda seguir haciendo se hará, pero hay empresas que seguro no van a poder seguir y va a haber que demorar barcos", agregó Padilla, quien también es el máximo directivo de Bunge.
El sector exportador frenó desde la semana pasada sus actividades ante la incertidumbre económica y la inmovilización bancaria. De hecho, ya en diciembre el mercado estuvo varios días paralizado debido a la falta de reglas claras relacionadas con el control de cambios.
La posibilidad de un cambio en el signo monetario se hizo notar en toda la cadena. Los productores, que cobran su mercadería en pesos, sólo vendían lo necesario para pagar sus compromisos de fin de año y también muchas empresas de insumos aletargaron sus ventas, o vendían sin facturar para no perder frente a una devaluación.
El recambio no alcanzó
El aire político que provocó la designación de Adolfo Rodríguez Saá como nuevo presidente no alcanzó para cambiar la tendencia del sector. La continuidad del feriado bancario no hizo más que profundizar la parálisis. "En el mercado interno no hay operaciones pero, además, si se pudieran hacer no las podríamos pagar", dijo Padilla.
El Banco Central autorizó desde hoy la operatoria de clearing bancaria, lo cual permitiría comenzar a acreditar algunas operaciones ya efectuadas y que no no pudieron ser pagadas por el feriado financiero. "Cuando se puedan hacer transferencias lo que se va a hacer es arreglar hacia atrás, es decir pagar las compras que se habían hecho con anterioridad, pero lo más probable es que el mercado siga muy lento por la incertidumbre", señaló un corredor local.
Además del tema financiero, la situación cambiaria sigue frenando la normal actividad. "Hay muchos forward que se habían anotado y ahora fueron cancelados por orden de los productores, porque hay temor de que cuando lo efectivice la mercadería valga menos", indicó un operador.
Mientras la Unión Industrial Argentina (UIA) reclama una devaluación, en el sector agroexportador la cosa no parece ser tan fácil. Por un lado, las exportadoras tienen acreencias por mil millones de dólares por devolución de impuestos, que se licuarían con una depreciación. Por otro, y por efecto de las normas de control cambiario y del default declarado esta semana, las líneas de prefinanciación que toman en el exterior están en suspenso. Con la vuelta del control sobre el movimiento de capitales, los exportadores fueron obligados a liquidar las divisas en el país. Aunque Cavallo había flexibilizado la norma garantizando que no sería necesario pasar esos dólares a pesos, sigue el miedo de que cada dólar que entre quede secuestrado en los bancos.
Padilla, representante del principal complejo exportador de la Argentina, que ingresa anualmente 5 mil millones de dólares, señaló que "una mala salida de la convertibilidad afectaría seriamente una de las pocas actividades dinámicas de Argentina, que es la actividad agroexportadora".
"Nuestra actividad no va a exportar más porque haya devaluación, esta situación esta complicando la actividad", aclaró.
Una analista de la plaza rosarina destacó que "si bien la devaluación puede significar algunos pesos más para los exportadores, en este país esa salida es como darle un arma a un loco, y en el campo la prioridad es que haya reglas claras". Además, "cuando hubo devaluación también volvieron las retenciones a las exportaciones del sector, y muchos que promueven esa salida están también pensando en meterle la mano al campo", agregó.
Carlos Popik, presidente de la multinacional Monsanto, señaló que la firma tiene casi 800 millones de pesos en créditos otorgados a los productores, y aseguró que una depreciación de la moneda los afectaría.
El presidente de la Cámara de Exportadores de la Argentina (Cera), Enrique Mantilla, rechazó toda posibilidad de una eventual devaluación del peso. "Hay que tener un régimen económico eficiente, lo importante es no perjudicar un sistema exportador por decisiones de corto plazo", dijo.
Daniel Miró, reconocido analista del mercado granario advirtió que "hoy lo que más complica es la inmovilización bancaria. El productor tiene que saber que su mercadería tiene valor y, por eso, defenderla".