El consumo doméstico registró durante el mes de noviembre una fuerte caída que llegó al 9 por ciento en las ventas en supermercados y del 21,2 por ciento en shoppings, respecto a igual mes del año pasado, según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Las cifras de noviembre son el corolario de un año muy malo: en el acumulado anual, la facturación en los supermercados se contrajo un 4,6 por ciento y en los centros de compras 13,9 por ciento.
El informe divulgado por el Indec da cuenta de que los supermercados vendieron durante el mes pasado por unos 1.037,4 millones de pesos, lo que representa una disminución de 2,3 por ciento si se compara con octubre. Este monto es, además, un 7,5 por ciento menor que en noviembre de 1999 y 12,6 por ciento contra igual mes de 1998.
Los números dan cuenta de los efectos más claros de la recesión que viene atravesando hace casi cuatro años la economía argentina y de la que todavía no puede desprenderse.
Los grandes sufrieron más
En cambio, en los grandes centros de compras el impacto de la recesión fue más fuerte, pues las ventas sumaron escasos 100 millones de pesos, con lo cual la caída frente al mes anterior es del 15,5 por ciento.
Contra el año 99 la reducción es de 26,5 por ciento y si se lo compara con el 98 la disminución trepa al 30 por ciento.
Con relación a las expectativas de ventas para diciembre, los empresarios supermercadistas esperan una suba del 25 por ciento frente a noviembre, producto de las ventas de fin de año.
En caso de cumplirse con estas expectativas optimistas la facturación caería 14,8 por ciento respecto a 2000, al tiempo que las ventas totales del año sufrirían una disminución de 5,7 por ciento.
El Indec aclaró que la medición de este último punto se realizó durante la primera quincena de diciembre, antes de los sucesos que sacudieron al país.