Año CXXXV
 Nº 49.342
Rosario,
jueves  27 de
diciembre de 2001
Min 24º
Máx 31º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Hesayne teme que las cacerolas se conviertan "en armas"

El obispo emérito de Viedma, monseñor Miguel Hesayne, manifestó ayer su temor de que la dirigencia no haya entendido el "verdadero argentinazo", y advirtió que de continuar este divorcio con el pueblo "las cacerolas se conviertan, en muchos casos, en armas".
También aseguró que es el momento de "pasar de una democracia representativa a una democracia participativa, donde el pueblo deje de ser el convidado de piedra y sea el gestor de su propia historia sin mesianismos declarados o solapados".
"Como el pueblo ha madurado en dar el paso en exigir el cumplimiento de las promesas, los dirigentes -reclamó- deben crecer en ubicarse que son elegidos para servir y no para mandar, y menos para enriquecerse".
El prelado patagónico expresó su deseo de que "ahora y siguiendo el clamor del Papa para que no se pague la deuda externa, el Episcopado argentino como tal apoye la determinación que obligadamente ha tomado este gobierno provisional".
Calificó luego como "el pecado social más grande que se ha cometido en la Argentina" a las decisiones políticas que condujeron, desde los gobierno del Proceso hasta el de Fernando de la Rúa, al endeudamiento internacional.
El representante eclesiástico lamentó, en este sentido, que la Iglesia a nivel institucional -salvo dos o tres prelados- "no haya denunciado a tiempo y con fuerza ese pecado social".
No obstante, destacó "el reclamo y la tarea de concientización de la injusticia e ilegalidad de la deuda de muchos organismos y grupos de laicos cristianos".
Monseñor Hesayne reiteró que teme que "no toda la dirigencia argentina haya entendido el justo y claro mensaje de la pueblada argentina, un verdadero «argentinazo»", y cuestionó que "(la dirigencia) siga atada a sus intereses y no comprenda que ha habido un crecimiento de sentido democrático en el pueblo".
Indicó, asimismo, que "de ahora en más (los ciudadanos) no se van a contentar con depositar el voto y delegar sin más en sus representantes".
"Si los nuevos funcionarios o nuevos dirigentes no entienden que son servidores, empleados del pueblo, temo lamentablemente que las cacerolas se conviertan en muchos casos en armas", alertó nuevamente el prelado.
El obispo emérito exhortó luego a los principales referentes del Episcopado a "entregarse de lleno a la misión que recomienda Juan Pablo II vivamente a los pastores en el documento postsinodal Iglesia en América: un mayor esfuerzo en la formación ética de la clase política".


Diario La Capital todos los derechos reservados