A diferencia de los primeros meses de este año, el verano del 2002 se presentará más condescendiente con los rosarinos. De acuerdo a los pronósticos, serán pocos los días en que la temperatura máxima supere los 32 grados, las tormentas serán intensas pero bastante aisladas y la temperatura media se mantendrá en los 24º.
De acuerdo a un informe de The Weather Channel, en Rosario serán sólo 22 las jornadas veraniegas en que el termómetro trepe hasta los 32 grados. Y casi la mitad se producirán en enero.
Según parece, los 47 grados de sensación térmica que se registraron en la ciudad el 9 de febrero pasado no encontrarán competencia este verano. Es que ese mes fue uno de los más calurosos de las últimas décadas con sólo 7 días con temperaturas máximas por debajo de los 30 grados.
Pero en el 2002 el calor se muestra dispuesto a dar tregua. "Este verano no habrá sensaciones térmicas muy altas", aseguró el jefe del Centro de Análisis Climático del Servicio Meteorológico Nacional, Hugo Hordij.
De acuerdo a los promedios históricos de la ciudad, en enero la temperatura máxima se mantiene en 31 grados mientras que la mínima desciende hasta los 17 grados. En cambio, para diciembre y febrero las máximas bajan hasta los 29 grados.
Este año las temperaturas mínimas y máximas respetarán estos promedios. "Puede ser que algún día lleguen ahsta los 35 o 36 grados, pero en general se mantendrán estables", estimó Hordij.
Las lluvias tampoco harán variar demasiado el panorama ya que las clásicas tormentas de verano llegarán hasta la ciudad en forma aislada y no serían sufiencientes para producir disminuciones de temperatura importantes.
El 2002 llegará nublado
De acuerdo a los pronósticos del Weather Channel, el primer día de enero amanecerá con el cielo parcilamente nublado y la temperatura oscilará entre los 32 y los 19 grados. En tanto, para el 2 y 3 de enero se esperan tormentas aisladas y un leve descenso de la temperatura máxima, mientras que la mínima rondará los 18º. Hacia la segunda quincena de enero los períodos sin lluvia se harán más largos y los chaparrones serán escasos por lo que se espera que se registren las temperaturas más altas del verano.
En tanto, en febrero se espera que las precipitaciones sean más frecuentes y consecuentemente se eleve la humendad ambiente.