Año CXXXV
 Nº 49.341
Rosario,
miércoles  26 de
diciembre de 2001
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Comerciantes aspiran a que la nueva moneda no se devalúe

Representantes del comercio advirtieron que la denominada tercera moneda que prepara el gobierno, cuyo nombre sería "Argentino", deberá ser aceptada por las empresas de servicios públicos y por la administración central para el pago de impuestos, al tiempo que consideraron "clave" el grado de aceptación del bono inconvertible para que no se genere un mercado paralelo que tienda a devaluarlo.
Los titulares de la Cámara de Comercio (CAC), Jorge Di Fiori, y de la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias (CAME), Osvaldo Cornide, indicaron que "se aguardan mayores precisiones para definir su postura frente al Argentino",
En sintonía, diversos analistas estiman que el grado de aceptación del nuevo bono inconvertible será clave para determinar cuánto menos que un peso valdrá, en el bolsillo de los consumidores.
Cornide dijo que la inyección de papeles "es una forma indirecta de devaluar, porque se va a emitir una gran cantidad de bonos, que no van a ser aceptados por las empresas de servicios públicos, bancos y empresas internacionales, con lo cual van a terminar depreciándose".
"Es una devaluación que van a pagar los comerciantes que los reciban uno a uno, además de los trabajadores y jubilados" que cobren parte de sus haberes en Argentinos, opinó.
Además, el empresario vaticinó que los comerciantes "la van a comenzar aceptando uno a uno (con el peso) por la necesidad de venta, pero después eso va a cambiar, cuando no la puedan usar para comprar mercadería, servicios o pagar impuestos".
"Al no poder cambiarse (el bono) por un peso ni por un dólar, y al no ser recibido en cuentas corrientes ni para pagar servicios públicos, se va a crear un mercado secundario que va a hacerlo depreciar semana a semana", concluyó, y agregó que no pasará mucho tiempo hasta que las vidrieras exhiban para cada producto un precio en pesos y otro distinto en Argentinos.
Di Fiori, por su parte, aunque manifestó que "si se produce una emisión controlada y limitada de bonos podrán coexistir con la convertibilidad", dijo que es un requisito fundamental para ello que el Estado los acepte como parte de pago de impuestos, "como hizo con las Lecop y los patacones".
"Si el Estado no los acepta entonces eventualmente va a empezar a caer su paridad, y se va a ir produciendo en los hechos una devaluación que castigaría al asalariado, porque el asalariado va a recibir argentinos en la medida en que los empresarios los recibamos", graficó.
La posición del directorio de la CAC definirá en buena medida el éxito o el fracaso del Argentino, ya que nuclea a las cámaras de shoppings, supermercados, empresas privatizadas y de salud, que tendrán que ver a qué paridad toman el nuevo bono de manos de sus tenedores primarios. Los más firmes candidatos a recibir bonos son los empleados públicos estatales, provinciales y municipales, los proveedores del Estado y los beneficiarios del nuevo plan "Un millón de empleos".
"Una emisión de 10 mil millones parece una cifra exagerada -agregó Di Fiori- porque la cantidad tiene que estar relacionada con los déficits presupuestarios previstos, que deben ir disminuyendo año a año hasta llegar al equilibrio total".


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