Gimnasia artística: Virginia Deluzio deslumbró en Guayaquil

La deportista ganó cinco medallas de oro

Roberto Parody

Para los neófitos, la gimnasia artística remite exclusivamente a la rumana Nadia Comaneci, la primera que en unos Juegos Olimpicos totalizó 10 puntos. La distancia sideral entre las gimnastas argentinas y la de los países potencia acrecienta las razones de ese desconocimiento. Quién sabe si en los próximos años Virginia Deluzio no revertirá la indiferencia general y atraerá el aplauso de multitudes. Mientras tanto, y con 10 años, hace lo que más le gusta, sin preocuparse por el vicio de los mayores de encontrar en cada promesa un gran talento del mañana. Y tan mal no lo hace ya que se alzó con cinco medallas de oro en el campeonato Sudamericano infantil de Guayaquil (Ecuador) en salto, paralelas y suelo; individual (sumatoria de pruebas); y por equipo, con el seleccionado argentino.
Como si fuera poco, casi accede al podio en la prueba de viga, pero en la fase final se cayó de la misma y perdió el puntaje. Con timidez, Virginia reconoció que le da miedo la viga, y es natural ya que la mayoría de las chicas más jóvenes temen sufrir algún golpe por el riesgo que implica, lo que fue ratificado por su entrenadora Marta Díaz.
Los dos años de ventaja que dio en infantiles, ya que el tope para competir son los 12, resaltan aún más sus triunfos y dejan sentado un precedente único entre las mujeres, según comentó Díaz. "De Rosario y con la edad de Virginia no hay otro antecedente, y creo que tampoco de Argentina".
Hay otro dato sirve para rubricar por qué sobresale del resto, y es su intervención en el Sudamericano del año pasado, en donde debieron otorgarle un permiso especial porque la edad mínima son los 10. Por su nivel técnico, los dirigentes hicieron pasar por alto el reglamento.
La gimnasta del club Provincial, con su ingenuidad a cuestas, contó que no se imaginaba rendir tan bien en Guayaquil. En cambio, su entrenadora si lo preveía: "Este año intensificamos los entrenamientos con vistas al Sudamericano; viajamos periódicamente al Cenard (Buenos Aires), ya que ella pertenece al seleccionado infantil, para trabajar con la entrenadora nacional, la rusa Rosa Ishkova. Fue un esfuerzo que comenzó en enero con la idea que ella estuviera en el podio, entre los tres primeros lugares. Pero salió aún mejor".
No todo fue cuestión de preparación. Marta Díaz aseguró que "Virginia tiene un talento especial. Ya a los 8 años ingresó al nivel elite. A esa edad se podía ver todo lo que debe tener una gimnasta, como flexibilidad, fuerza, potencia y mucho dominio del cuerpo en el aire. Es rápida en la capacidad de aprendizaje, a diferencia de otras nenas de su edad cuyo ritmo es un poco más lento. Lo que pasa es que en realidad es el normal y ella es la extraordinaria".
En cuanto al futuro de Virginia, Díaz señaló que "todavía tiene dos años más para competir en la categoría infantil. A los 13 va a pasar a juveniles y la idea es que participe en los Panamericanos para que a los 16, que es la edad mínima permitida, compita en un Mundial. El objetivo también es intentar llegar a los Juegos Olímpicos de 2008". Si bien es sumamente complicado porque Argentina en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sydney 2000 consiguió meter apenas una sola gimnasta, la entrenadora se mostró optimista: "Con Virginia es fácil porque a ella le gusta mucho y tiene el apoyo de su familia".
Ese mismo respaldo que le brindaron desde aquel día que de la mano de su padre vio gimnasia y quedó atrapada por el estilo y el modo en que saltaban. El magnetismo es tal que no le importa emplear todo su tiempo entre la escuela, por la mañana, y el gimnasio, de 4 a 9 por la tarde. Y aunque se proyecta con serias perspectivas hacia lo que se vendrá, tiene la sana despreocupación de los más chicos, la misma con la que repite que no imaginaba este presente auspicioso.

La deportista de provincial brilló con tan sólo 10 años.