La Nasa lanzará una misión espacial en el año 2006 para buscar planetas similares a la tierra en los confines de la galaxia, para determinar si existe vida en otras partes tal como la conoce el hombre. La misión que llevará el nombre de Johannes Kepler (Giovanni Keplero en la acepción de su idioma natal), astrónomo alemán discípulo de Copérnico, tendrá un costo de 300 millones de dólares.
"En una primera etapa exploraremos nuestra galaxia con la intención de encontrar planetas grandes como la Tierra o por añadidura algunos más pequeños", anunció William Borucki, el científico que diseñó el programa Kepler. En realidad, Borucki concibió su programa hace ya 17 años pero sólo ahora consiguió financiación de la agencia espacial norteamericana.
La misión se basa en cálculos estadísticos muy precisos, -según explicó Borucki- que son el resultado de estudios astronómicos de planetas con dimensiones y atmósferas similares a la Tierra.
Durante el estudio se realizó un relevamiento de 100.000 estrellas durante los últimos cuatro años y los científicos de la Nasa estiman haber encontrado alrededor 640 planetas que podrían ser habitables como la Tierra.
David Koch, uno de los especialistas a cargo de la misión, admitió que la posibilidad de hallar vida en otros planetas ha sido "difusa", ante la falta de evidencias científicas.
Para Koch, después de esta ambiciosa exploración del espacio que se propone Kepler, "es bien posible que se pueda determinar si el ser humano está realmente solo" en el universo.
La misión espacial Kepler aún con los precisos cálculos estadísticos que marcarán su rumbo en el espacio, solo podrá explorar un pequeña porción de la galaxia en la búsqueda de planetas similares a la Tierra, con la ayuda de un telescopio de un metro de diámetro capaz de abrazar un campo fijo de alrededor de cinco grados de la constelación del Cisne.
Las imágenes proyectadas por este telescopio serán recolectadas en una computadora central donde podrán ser procesadas y reveladas.
El instrumental utilizado para tal fin es hoy común en cámaras fotográficas y videocámaras digitales, conocido como Ccd.
Este sistema funciona a partir de las superficies fotosensibles que emiten las cargas eléctricas toda vez que golpea en un fotón, que es una partícula de luz.
Los científicos tienen confianza en la gran sensibilidad del sistema Ccd para medir las pequeñísimas oscilaciones de la cantidad de luces que emergen de las estrellas.
La técnica, según apuntan los científicos de la Nasa, es muy precisa y a cada pasaje de frente a la estrella en torno a la cual rotará, se podrá entender la masa y la composición del planeta mismo, además de calcular la órbita.
Actualmente, utilizando los grandes telescopios desde la Tierra, los astrónomos han descubierto alrededor de 80 planetas rotando alrededor de estrellas relativamente cercanas.
Se trata de gigantes gaseosos como Saturno, imposibles de albergar algún tipo de vida.
Censo de planetas
La agencia espacial de Estados Unidos se propone también con este proyecto crear un censo de planetas. Sólo los que orbiten por zonas que no sean demasiado calientes ni demasiado frías pueden tener agua en estado líquido, que según los científicos es el ingrediente indispensable para que exista vida tal y como la conocemos en la Tierra.
También la Agencia Europea del Espacio (ESA) planea una misión con objetivos similares llamada Darwin. La búsqueda de la Nasa se realizará midiendo los "tránsitos". Un tránsito se produce cuando un planeta cruza frente a su estrella y opaca una porción de la misma. El tamaño, duración y periodicidad de estos pequeños oscurecimientos son los que indican si existe o no un planeta y ayudan a determinar su tamaño y su órbita. Borucki explica que la dificultad de la misión estriba en captar los tránsitos. Para constatar la existencia de un planeta es necesario registrar al menos tres. "Si detectamos uno no sirve para nada, dos tampoco, pero si observamos tres ya es un indicio sólido", señaló.
Hasta ahora se han descubierto unos 80 planetas fuera del Sistema Solar. Pero en estos planetas gigantes gaseosos parecidos a Júpiter de unas 300 veces el tamaño de la Tierra no hay vida ni agua ni una superficie sólida. Los hallazgos se han hecho desde telescopios en la Tierra.