Año CXXXV
 Nº 49.341
Rosario,
miércoles  26 de
diciembre de 2001
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La ablación y posterior implante se desarrollaron en plena Nochebuena
Trasplantaron ambos riñones a un paciente en el Hospital Centenario
La donante de 6 años murió junto a su mamá en un accidente. Su padre, aún internado, aprobó la cirugía

Lucas Ameriso

"Me siento perfecto. Fue el mejor regalo que recibí en una Navidad y ojalá sirva para que la gente entienda que donar órganos es dar vida". Con profunda emoción y desde una habitación del Hospital Centenario, Horacio Correa, de 52 años, se repone exitosamente tras haber recibido un doble trasplante de riñón. La donante resultó ser una niña de 6 años que falleció en un accidente automovilístico en Piñero y a quien también se le ablacionaron las córneas y válvulas cardíacas. El implante, que comenzó en la Nochebuena y culminó en la madrugada navideña, marcó un hito en la salud pública provincial. Es la primera vez que en un hospital santafesino se implantan dos órganos a un mismo paciente.
El domingo pasado, Juan José Billelio conducía su Renault 19 junto a su esposa y dos hijas dispuestos a pasar las fiestas de fin de año en la ciudad de Córdoba. Pero en el cruce de las rutas A012 y 14 una violenta colisión contra un camión provocó la inmediata muerte de su mujer de 43 años.
Bilellio fue trasladado de urgencia al Heca, mientras que las dos nenas fueron derivadas al Hospital de Niños Víctor J. Vilela.
"La niña de 6 años, de nombre María Belén, presentaba un coma severo con traumatismo de cráneo y tórax", indicó la titular del centro asistencial, Karen Lijenstrom, para luego explicar que "la otra chiquita de 4 años no registró lesiones de jerarquía y le fue dado el alta".
A la niña de 6 años le diagnosticaron la muerte cerebral por lo que se convirtió en una potencial donante de órganos.
El titular en Rosario del Centro Unico de Ablación e Implante de Organos (Cudaio), Armando Perichón, explicó que el mismo lunes a la tarde se hicieron las primeras evaluaciones del caso y subrayó que "lo más increíble es que su propio padre autorizó la donación de los órganos de María Belén desde la sala de internación del Heca".
Los tíos de la niña también consintieron la actitud de Bilellio, mientras que el equipo del Cudaio obtuvo la autorización del juez competente en la causa por el accidente.
En la madrugada de la Nochebuena comenzó el dispositivo de ablación en el Vilela a cargo de los doctores Alejandro Dotta y Lelio Pire.

Ablación múltiple
Primero se procuraron las córneas que serán implantadas en Rosario, mientras que las válvulas cardíacas se trasladaron al Hospital Garraham de Buenos Aires.
Apenas se ablacionaron ambos riñones en el Vilela, los profesionales del Hospital Centenario tenían todo dispuesto para el doble trasplante.
Correa llegó sobre la mañana del 24 a sus habituales sesiones de diálisis en el Centenario y se encontró con la sorpresa de que iba a ser trasplantado. El hombre de 52 años vivía junto a su mujer en Río Grande (Tierra del Fuego), pero desde hace más de un año regresó a Rosario, a donde había residido con anterioridad, obligado por las complicaciones renales que lo tenían a mal traer.
"Ya se le había realizado una diálisis peritoneal, pero siguió con complicaciones por lo que se lo ubicó primero en la lista", indicó el jefe de la sala de Nefrología del Centenario, Osvaldo Rodenas.
El plantel médico del hospital ya estaba listo para el trasplante y se preparó al paciente para la intervención quirúrgica. "Al principio se consideró que el implante de un sólo riñón pediátrico a un paciente de 82 kilos de peso resultaría insuficiente, por lo que se resolvió tomar una decisión inédita", indicó Rodenas en referencia al doble implante.
Lejos del clima navideño, los doctores Lelio Zeno, Fernando Yaber y Cristian Sagger ingresaron hacia las 20 al quirófano del Centenario. El implante se prolongó durante toda la Nochebuena y prosiguió en la madrugada de la Navidad.
Fue una intervención exitosa. Los médicos pudieron confirmar a las pocas horas que los dos riñones ya estaban funcionando.
La Capital dialogó con Correa, apenas unas horas después de la operación. "Volví a nacer. Me siento perfecto", sonrió tras el barbijo, para luego suplicarle a la gente que "tome conciencia y done sus órganos, porque estarán donando vida".
Horacio recibió ayer los mimos de su esposa Beatriz y su hijo Darío de 27 años, mientras aguarda el alta médico para reencontrarse con sus tres nietos. De algo está seguro: que cuando regrese junto a su familia al barrio 7 de Septiembre, sabrá que la Navidad no será una fecha más del calendario.



Correa: "Fue el mejor regalo que recibí en una Navidad".
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