Año CXXXV
 Nº 49.340
Rosario,
lunes  24 de
diciembre de 2001
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Nuevo plan. Las repercusiones del default en EEUU y Brasil
Cardoso da pelea para despegar a Brasil de la crisis argentina
El presidente brasileño dijo que su país tiene credibilidad. Descartan una reprogramación de la deuda

En un análisis de la situación económica de Brasil, el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso afirmó ayer que su país tiene credibilidad y pelea por no ser identificado con su vecino Argentina.
"Brasil hoy tiene credibilidad. Eso cuenta. Llevó mucho tiempo para tener credibilidad. Hoy la tiene", declaró Cardoso en entrevista publicada en la edición dominical del diario Folha de Sao Pablo.
En la misma entrevista reconoció que el momento más delicado de su mandato fue 1999 cuando el país se enfrentó a la última gran crisis financiera que impactó la región, con una masiva fuga de divisas ante el temor de que la declaración de moratoria de Rusia se traspasara a Brasil. Con una situación insostenible, en enero de 1999 Brasil abandonó el cambio fijo.
El resultado, visto en retrospectiva, fue alentador, declara Cardoso: "No sólo estabilizamos la moneda, también cambiamos la estructura de la economía".
El mensaje institucional de Brasil desde que comenzó a temerse una moratoria argentina (ayer confirmado por el presidente Adolfo Rodríguez Saá) ha sido claro: "No vamos a reestructurar o renegociar nuestra deuda", en palabras recientes del ministro de Hacienda, Pedro Malán.
Brasil, con un Producto Bruto Interno (PBI) de cerca de 600.000 millones de dólares, tiene una deuda externa equivalente a 216.500 millones de dólares (189.500 millones a medio y largo plazo y 27.000 a corto).
La crisis argentina impactó de lleno este año a Brasil (junto a la desaceleración económica mundial y una crisis energética interna). El real llegó a perder 33 por ciento del valor hasta setiembre, sobre todo ante el temor de que por falta de confianza no llegara capital suficiente del exterior para equilibrar las cuentas externas.
Pero los números han beneficiado a Brasil. El capital retornó y se espera que Brasil cerrará el año con 20.000 millones de dólares de inversión directa y 18.000 el próximo año, cuando la balanza comercial puede presentar superávit de 5.000 millones de dólares.
El propio Malán informó recientemente que Brasil no debe enfrentar en el 2002 "problemas de financiamiento de balanza de pagos, a menos que ocurra una gran catástrofe en el contexto internacional".
Malán explicó que el déficit de cuenta corriente acumulado hasta setiembre de 17.480 millones de dólares fue prácticamente financiado por la inversión extranjera de 17.100 millones de dólares.
Además, "las necesidades brutas de financiamiento en 2002 serán 9.000 millones de dólares menores que este año", precisó.
Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó en agosto un aporte de 15.700 millones de dólares a Brasil, que debe ayudarlo ante el eventual impacto argentino.
Con las buenas noticias, el real brasileño comenzó a recuperarse en los últimos dos meses, y prácticamente no se resintió del reciente agravamiento de la situación argentina. "Es una demostración clara de que tenemos un régimen cambiario y una política económica diferente. Desde la devaluación, Brasil ha demostrado que se separó de Argentina, hicimos un ajuste fiscal, racionalizamos el gasto público", dijo ayer el director del Instituto de la Federación de Comercio de Rio, Luiz Roberto Cunha.
En su más reciente análisis para el 2002, Credit Suisse First Boston estimó que "la reciente separación de Brasil (del impacto argentino) es real y positiva, pero puede no ser permanente, sobre todo si la solución definitiva en Argentina toma tiempo". Si es rápida, "tiende a afectar poco", subrayó.
La reacción en Brasil a la declaración de moratoria argentina se hará esperar: los mercados no abren hasta pasado mañana. Aún así, lo esperado es que "en un primer momento, podrá tener reflejo en los países emergentes", dijo el director del banco BNL, Cláudio Lélis.


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