 |  | cartas No es lo mismo ver que mirar
 | Soy docente de la escuela domiciliaria y fui invitada al acto de fin de año de la Escuela 2081 para niños ciegos y disminuídos visuales, que se realizó el 4 de diciembre pasado en la sala de la Cooperación. Esta invitación que nos hizo llegar su directora Silvia Scumacci en una original nota que nos escribió como reflexión de una ardua tarea que nos tocó en suerte, el bendito censo, el cual creó vínculos entre nuestras dos escuelas, que tienen algo en común: nuestros alumnos son muy especiales. Para ser sincera, ni la más prodigiosa imaginación hubiera soñado con el espectáculo del cual fui testigo, junto con padres, autoridades y otras escuelas con las mismas características que vinieron de localidades vecinas. Durante el acto pasé por todos los estados de ánimo, me emocioné hasta las lágrimas con las imágenes que proyectaron en diapositivas, me divertí con las representaciones cómicas de los alumnos del tercer ciclo y con la puesta en escena de un cuento clásico de los más chicos. Mientras presenciaba el acto, me puse a pensar cuánto amor, esfuerzo, valentía, orgullo y tenacidad demostraron los alumnos y las maestras que con tan pocos recursos pudieron lograr armarlo. Y me quedó para el final una frase que confieso haberla copiado de lo que escuché ese día. No es lo mismo ver que mirar, porque mirar se hace con los ojos del alma, y yo les aseguro que estos chicos mirando pueden superar a los Cavallo, Bin Laden, diputados y senadores que se reúnen para votar leyes totalmente intrascendentes, y muchos otros personajes que hoy habitan este mundo y que no son capaces de mirar por la sencilla razón de que no tienen alma. DNI 18.043.668
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