 |  | cartas Año nuevo que sea con justicia
 | Termina un año muy difícil. A pesar de los terribles acontecimientos, la desesperanza no debe paralizarnos. Ante tanta injusticia, tanta falta de proyectos, bajar los brazos es perder justamente la esperanza de creer que todavía se puede. Si cada uno está convencido de sus derechos y los reclama, todavía se puede. Las ventanas en medianeras sin consentimiento del vecino lindero constituyen un avasallamiento a la propiedad privada, tanto como lo que está sucediendo con los depósitos bancarios. Esta situación perjudica exclusivamente a los vecinos linderos y favorece evidentemente a unos pocos que especulan en beneficio propio. En estos casi dos años de reclamos hay quienes esperan confiados un fallo que les permita blanquear el hecho consumado -ya que las medianeras terminadas ostentan las irregulares ventanas- y otros muchos, como en mi caso, sólo pretendemos poder continuar viviendo en paz la privacidad de nuestras casas, sin miradas, sin broncas porque tiren cosas, sin denuncias por accidentes que puedan ocurrir al caer algo de tanta altura. Por esto, lejos de desesperarnos, esperamos que en este año 2002 el sentido común se imponga, ya que para garantizar civilidad, son necesarias normas y leyes que indefectiblemente, mal que les pese a muchos, hay que respetar. Sin justicia no hay confianza. Sin confianza no hay esperanza. Sin esperanza, todo está perdido. Gloria Bereciartúa
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