Año CXXXV
 Nº 49.340
Rosario,
lunes  24 de
diciembre de 2001
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Una Navidad ensombrecida en Belén, Roma y Nueva York
La fiesta se vivirá entre trágicos recuerdos, posibles acciones militares y amenazas terroristas

Esta Navidad quedará ensombrecida en significativas ciudades, como Belén, Roma y Nueva York, debido a los terribles recuerdos de los atentados, posibles acciones militares y amenazas terroristas.
En Roma la policía está en alerta máxima porque se temen atentados terroristas de grupos islámicos sobre todo contra objetivos cristianos. La zona más vigilada será la de la plaza y la basílica de San Pedro, donde el Papa Juan Pablo II celebrará hoy la Misa de Gallo y mañana al mediodía impartirá la bendición Urbi et Orbi.
Tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, se mencionó reiteradamente a Roma como posible objetivo de atentados de la organización terrorista Al Qaeda. Según versiones de prensa no confirmadas, Al Qaeda incluso planeaba un atentado con un avión contra San Pedro.
También el metro de Roma, que diariamente lleva a miles de turistas al Vaticano es considerado un posible objetivo terrorista. Pero en toda Italia hay cientos de posibles objetivos bajo vigilancia especial por parte de la policía o los militares.
En tanto, el presidente norteamericano George Bush reconoció que los estadounidenses están tristes esta Navidad por las personas que murieron en los ataques a las Torres Gemelas y en la guerra en Afganistán.
Bush, que viajó el sábado a Camp David con su esposa, Laura, para pasar la Nochebuena en familia, dijo que "esta Navidad llega pocos meses después de una gran pérdida nacional".
Para el presidente, ahora se aprecia "más que nunca las cosas que más importan: nuestras familias, nuestros amigos y nuestra fe. Contamos nuestras bendiciones, y recordamos a todos los que sienten la pérdida, la separación y la necesidad".

Donde nació Jesús
Belén vive su propia crisis. Un dato habla de por sí solo: el Hotel Belén de 210 habitaciones tiene 208 libres esta Nochebuena. Turistas y peregrinos que en otras épocas llenaban la ciudad para la celebración del nacimiento de Jesús en Navidad no vendrán este año, asustados por los enfrentamientos en Belén entre israelíes y palestinos.
"Tenemos dos reservas para Nochebuena y luego no tenemos ninguna para el año que viene", dijo la recepcionista del hotel, Minerva Arja, de 24 años, y su voz retumbada en el vacío del lobby.
Yasser Arafat acudió a la apertura del hotel en esta ciudad cisjordana en 1996, cuando había grandes esperanzas de que se pudiese alcanzar un acuerdo de paz tras décadas de conflicto entre los palestinos y el estado judío.
Un levantamiento abierto por parte de los palestinos se inició hace 15 meses, después de que se congelaron las conversaciones de paz en septiembre de 2000, pero el año pasado el hotel tenía al menos un grupo de invitados que habían venido a visitar el lugar, porque las posadas locales estaban llenas. "El año pasado todavía podías sentir que era Navidad en Belén. Este año es distinto. Los visitantes no vienen. No hay nada, incluso no hay adornos", dijo Arja.
Antes de pensar en las luces, la prioridad de las autoridades de la ciudad es arreglar las calles y volver a levantar las señales de tránsito, aplastadas cuando los tanques israelíes entraron en Belén en octubre después de que radicales palestinos asesinaran a un miembro del gabinete israelí en contestación a la muerte de uno de sus líderes. Desde entonces Israel ha retirado sus tropas a las afueras de Belén.
Ayer, el gobierno israelí dijo que Arafat no había moderado a los radicales que habían asesinado a docenas de israelíes y que no permitiría al líder palestino, musulmán practicante, cruzar desde su cuartel en Ramala a Belén para las oraciones de Navidad.

Lejos del Paraíso
Carretera arriba desde Belén, el Hotel Paraíso solía mostrar con orgullo una foto de Arafat y el patriarca ortodoxo ruso. Ahora, la entrada del hotel tiene trozos de metal retorcidos colgando y trozos de cristal roto, en vez de decoraciones navideñas.
Las habitaciones están cubiertas de hollín y personal del hotel dice que nadie tiene dinero para repintarlas. El Paraíso se perdió en octubre, cuando los soldados israelíes forzaron las puertas y lo convirtieron en puesto de tiro, disparando contra los palestinos apostados al otro lado del valle.
"Cuando dijimos que queríamos ir a inspeccionar el hotel, los israelíes nos pusieron las armas en la cara y nos dijeron que nos fuésemos", dijo el director de ventas, Elias al-Atrash.
"Después de que se marcharon, lo encontramos completamente arruinado", agregó, apuntando a un rastro seco de sangre en el marco de la puerta. (DPA y Reuters)



Los palestinos viven horas dramáticas en Belén.
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