Desmienten enfrentamiento en el desenlace de una fuga

Vecinos de La Lata sostienen que los presos que se habían evadido de la comisaría 5ª no estaban armados

La madre de la nena que había sido tomada como rehén en una humilde vivienda de Garay al 1500 por uno de los presos que se había fugado el sábado de la comisaría 5ª aseguró que en su casa no se produjo un enfrentamiento entre los agentes y los evadidos, como señalaron fuentes policiales.
Además un grupo de vecinos de villa La Lata, donde ocurrió el presunto tiroteo, pusieron en duda la versión que la policía brindó acerca del caso y aseguraron que los convictos recapturados en el asentamiento, incluido el preso que murió en el intercambio de disparos, "subieron caminando" al móvil policial que los trasladó nuevamente a la seccional 5ª.
Los hechos se iniciaron poco después de las 14 del sábado cuando 13 de los 47 presos alojados en la seccional de Italia al 2100 escaparon durante el horario de visita. En distintos operativos, tres de ellos fueron recapturados horas más tarde y un cuarto, identificado como Moisés Arreguín, de 23 años, se habría enfrentado con la policía en la villa La Lata y murió momentos después en el Heca.
Ayer, en diálogo con La Capital, Eva Crespín contó que a su vivienda de La Lata "entraron tres pibes corriendo. Yo les pregunté qué pasaba y uno de ellos me dijo «déjeme entrar que me quieren matar». Cuando me di vuelta los tres ya estaban en el patio, pero yo les pedí que se fueran porque venía el Comando. En ese momento, uno de los pibes agarró a la nena y cerró la puerta. Yo le dije que la soltara. El muchacho lo hizo y los tres salieron corriendo para la casa del vecino", explicó la mujer.
Los prófugos "saltaron el techo de una casa lindera y se metieron en el pasillo" (de la villa). Allí los encontraron los agentes. Pero a partir de ese momento, los relatos se bifurcan. La policía asegura que se produjo un enfrentamiento cuando Arreguín comenzó a disparar contra los agentes. Los vecinos, en cambio, sostienen que "se escucharon tres balazos, disparados por los policías".
Y para argumentar esta afirmación sostienen que los convictos "no estaban armados" y que "subieron caminando y esposados" a uno de los vehículos policiales que los buscaban. "No sabemos si estaban heridos", comentó Peralta, y su esposa aseguró que "no quedó ningún rastro de sangre" en las viviendas.