El fantasma del desabastecimiento no podía estar ausente de la foto que por estos días remite a los peores recuerdos del 89. La falta de cigarrillos en los kioscos, por decisión de los fabricantes de cortar las entregas, fue quizás el primero de los viejos tics "hiperinflacionarios" que llegó al público. Más preocupante es la parálisis en la distribución de medicamentos. El fantasma de la devaluación, aún cuando el gobierno provisional ratificó anoche la convertibilidad, resucitó reflejos de una vieja historia conocida. Un puñado de multinacionales de consumo masivo paralizó la entrega de mercadería a los comercios hasta conocer las nuevas medidas económicas, hubo casos de remarcación, dolarización forzada y, sobre todo, un fuerte ajuste en los plazos de pago.
La incertidumbre, sumada a la vigencia de las restricciones financieras, mantiene paralizado buena parte del movimiento económico pero, a diferencia de la crisis hiperinflacionaria de fines de los 80, la depresión económica le impone un límite a las maniobras especulativas. De hecho, en los productos de consumo básico o los relacionados con las festividades de fin de año, la mercadería está en las góndolas y se venden normalmente, puesto que pocos comerciantes están en condiciones de desechar el poco efectivo disponible.
"Es probable que en los próximos días la gente no encuentre determinadas marcas en las góndolas, pero la leche, la carne, las verduras, los jabones y otros artículos de consumo no dejarán de faltar", aclaró Roberto Lázzaro, presidente de la Cámara de Supermercados, quien confirmó que hay empresas, sobre todo multinacionales, que habían dejado de recibir pedidos "en principio hasta mediados de semana" a la espera de las medidas económicas del nuevo gobierno.
"En la última semana hubo problemas por cuestiones de seguridad, ya que los camiones no se animaban a circular por miedo a ser saqueados. Eso está un poco más tranquilo y en estas horas volvieron las empresas lácteas. Lo que aparece ahora es que hay firmas multinacionales que no venden por la expectativa de devaluación ", agregó.
A la tensión social se agregó desde la caída del gobierno de De la Rúa el temor devaluatorio. Empresas de primera línea suspendieron entregas, al menos hasta entrada la semana próxima.
El designado presidente interino, Adolfo Rodríguez Saá, anunció ayer que se mantendrá la convertibilidad pero, en las horas de incertidumbre, ciertos reflejos reaparecieron con crudeza.
Juan Milito, presidente del Centro Unión Almaceneros, señaló que "los mayoristas están retaceando las ventas, ya desde hace diez días se acortaron los plazos de pago y hoy sólo venden contra efectivo, ni siquiera aceptan cheques para el lunes, dicen que es porque las multinacionales le han cortado las ventas a ellos".
Milito aseguró que, en la medida que disponen de stock, los pequeños comercios minoristas no retienen mercadería "porque sería suicida hacerlo justo en la época de fiestas, donde se puede vender algo".
Lázzaro aseguró que los artículos propios de las fiestas no escasean debido a que se habían realizado compras anticipadas. Explicó que, por la mezcla de incertidumbre social y económica, la normalización del abastecimiento recién podría darse hacia la primera semana de enero. Sin embargo, remarcó que si bien esa situación puede afectar la presencia de algunas marcas o productos en las góndolas, no se reflejará en un desabastecimiento general.
Sabino Alvarez, de La Gallega, señaló que "ayer hubo problemas por el paro y porque todavía no se animan a entrar con los camiones, pero nuestros proveedores nos están vendiendo normalmente".
Eduardo Eraso, del Foro Frutihortícola, apuntó que en el mercado de frutas y verduras se operó "con normalidad, dentro de lo que eso significa en estos tiempos". El sector padece desde hace años un problema de sobreoferta y además se trata de productos frescos, lo cual le impide jugar con el stock de mercadería. "Lo que necesitan es vender no acumular", agregó.
En el rubro sí se nota una reducción de las compras de las verdulerías de barrio, que compran lo mínimo por temor a perder todo en un saqueo. Por otro lado, el pago al contado y en efectivo sigue siendo la única moneda válida en el mercado.
Pocas operaciones
En el rubro electrodomésticos, Enrique Cavallín, presidente de la cámara que agrupa a los comerciantes de artefactos del hogar, señaló que las compras a los proveedores se paralizaron ya desde las últimas medidas de Cavallo. "Muchos fabricantes ya en esa época comenzaron a acortar los plazos y aceptar sólo efectivo o cheques diferidos en dólares", señaló. Aseguró, no obstante, que en el sector es habitual stockearse anticipadamente. Una de las grandes cadenas de electrodomésticos no dudó en subir los precios.
En los principales comercios del centro, el universo de reacciones frente a la incertidumbre fue amplio en el día de ayer. Desde el empleado de una conocida disquería que sugería "decidirse rápido por el cd que está mirando porque la semana que viene aumenta", hasta las protestas de los clientes en algunas grandes tiendas porque le dolarizaban todas las compras con tarjetas, aún sin financiamiento de por medio.
"Que los comerciantes no empiecen con las avivadas y la especulación porque acá se pudre todo, pareciera que acá no aprendimos nada", se quejaba un hombre que tuvo problemas para comprar en una zapatería céntrica. "Hay negocios que están retaceando ventas hasta tener un poco más claro el panorama", explicaba un comerciante del sector.
Los sondeos por las agencias de turismo que "se sigue trabajando normalmente y cobrando en pesos, incluso para los que se van a destinos del exterior, como Brasil". En los surtidoresla nafta fluye libremente, según señaló el titular de una estación de servicios. "Hay problemas en algunos productos plásticos, como los bidones", agregó.