El presidente de los Estados Unidos, George Bush, reclamó ayer que las próximas autoridades argentinas adopten las medidas de austeridad propuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que aseguren el pago a los acreedores, incluyendo al organismo multilateral de crédito. Por su parte, Francia, Italia y España se comprometieron a hacer gestiones ante los organismos internacionales de crédito para asegure el auxilio a la Argentina.
En una severa advertencia, Bush declaró anoche a la prensa: "Espero que el nuevo presidente adopte las medidas necesarias para proteger a los acreedores, incluyendo al FMI, el cual, según entiendo, está dispuesto a prestar más dinero, si se toman las medidas de austeridad".
Bush dijo que "el FMI planteó muchas exigencias duras, pero muchas de ellas fueron realistas y muy necesarias en lo que concierne al dinero, y es por eso que el gobierno de la Argentina debe reestructurar su política fiscal y su programa tributario".
Los comentarios de Bush se conocieron poco después que el Justicialismo nominara al gobernador de San Luís, Adolfo Rodríguez Saa como presidente interino, cargo para el que sería designado hoy por la Asamblea Legislativa.
Por su parte, el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, reafirmó la confianza que el país del norte tiene en la democracia argentina y aseguró que no existe riesgo de contagio de su crisis hacia otros países del continente. De paso, remarcó que la línea para obtener ayuda es a través del trabajo conjunto con el FMI.
En tanto, los países miembros del Nafta, también expresaron un comunicado poco común, su confianza en las instituciones democráticas argentinas.
"Esperamos que todos los argentinos puedan unirse para encontrar una solución que conduzca al país de nuevo a un crecimiento sostenible y a la prosperidad", agregaron.
Una primera ayuda podría estar viniendo del Banco Interamericano de Desarrollo ."El BID está dispuesto a contribuir con la recuperación argentina, que sin duda llegará, aunque no se sabe en qué plazo y a qué costos", dijo el alto funcionario, de visita en Montevideo.
Los europeos dan una mano
Paralelamente, Francia e Italia se unieron ayer a España en la búsqueda de apoyo internacional para Argentina, después del estallido social de los últimos días que precipitaron la renuncia del presidente y su ministro de Economía. También dejaron entrever la falta de apoyo de algunos organismos internacionales para que no llegara a esos extremos.
Los tres países solicitaron un nuevo esfuerzo por parte de la comunidad internacional y exigieron -ya sea directa o indirectamente- que el Fondo Monetario Internacional (FMI) reanude las conversaciones para ayudar al país.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo que aún no había recibido contactos de otros líderes del Grupo de los Siete países más desarrollados (G7), pero que pidió a su ministro de Relaciones Exteriores que empiece a llamar a sus pares por la crisis del país sudamericano.
Por su parte, el Canciller de Francia, Hubert Vedrine, dijo que los propios fracasos de Argentina en sus intentos por superar un proceso de estancamiento fueron acompañados por "errores" de instituciones financieras internacionales, aunque no mencionó explícitamente al FMI.
El ministro de Finanzas de Francia, Laurent Fabius, dijo que mantuvo contactos con otros líderes europeos y con organismos internacionales, con respecto a cómo podrían ayudar para enfrentarse a la "dramática" crisis de Argentina.