Philippe Pinel era uno de esos tipos históricamente oportunos. Siendo un médico joven llegó con sus 33 años a París justo once años antes de la Revolución Francesa (1789). Como quien dice llegó al centro del mundo de ese entonces, asistió como médico a la ejecución de Luis XVI y con ello a la caída de la nobleza, más no a su desaparición, y, entonces, al triunfo de la burguesía y de una revolución cuyo espíritu pasó a la historia con tres palabras que conmovieron y cambiaron el mundo en occidente: libertad, igualdad, fraternidad. En armonía con su tiempo Pinel se pone al frente de la Salpetriere, que es el loquero más célebre de la historia, y desencadena a los locos que estaban encadenados, depositados y olvidados desde siempre. De esta forma inaugura la psiquiatría moderna y la psicología clínica al darle al loco el status de enfermo mental y no meramente el de desecho humano por haber perdido la razón.
Hace 200 años el hombre tenía la razón y los que no la tenían estaban locos o eran enemigos. A los enemigos había que derrotarlos y a los locos había que encerrarlos pues de ese modo la casa estaba en orden, y la cosa también.
Los siglos XIX y XX son siglos en que el conocimiento avanza con un paso que hasta entonces no tenía, de tal forma que nuestro peso en el planeta es tan grande que la distancia con el mono del eslabón perdido se ha vuelto irrecuperable y en el fondo incomprensible, pues estos 200 años muestran que somos más que los animales y también que somos mucho más locos.
Al problema del conocimiento y los problemas que el conocimiento plantea los podemos dividir en dos grandes órdenes:
a) El conocimiento de las cosas.
b) El conocimiento de sí.
Para el conocimiento de las cosas nada como la ciencia pues descubre y construye como nadie. Para el conocimiento de sí no se puede decir lo mismo, pues este es un terreno muchas veces olvidado por la ciencia, y unos caminos donde muy a menudo patina, pues no tiene una 4x4 reluciente como parece tenerlo para todo. Por lo demás son varias las disciplinas y los personajes que se ocupan del conocimiento de sí:
* La psicología
* La psiquiatría
* El psicoanálisis
Todas se disputan este terreno y el humano muchas veces es víctima de estas guerras de poder y saber con lo que con bastante asiduidad es: sugestionado, mistificado, salvado, embrujado, psiquiatrizado, psicologizado, psicoanalizado, y muchas veces sepultado y casi nunca liberado.
"Ni están todos los que son, ni son todos los que están". Viejo dicho y viejo saber del saber popular que la razón sigue sin entender, esto es que hay locos tanto adentro como afuera, y por tanto la locura es una de las poquísimas cosas al alcance de todos. Es lo que a veces da miedo.
* La religión
* La filosofía
* Los horoscoperos
* Los brujos y clarividentes varios, etcétera.
Manicomios
Los hay antiguos y modernos, grandes y pequeños, pero todavía hoy la palabra despierta inquietud y rechazo a pesar de los 200 años transcurridos. Por lo demás la sensación de muchos es que antes en el mundo había manicomios y que ahora el mundo es un manicomio, lo que en buena (o mala ) medida es así, si por manicomio entendemos un lugar con seres encerrados, peligrosos para ellos mismos o para los otros.
Pues hoy por hoy el planeta está lleno de seres encerrados en sí mismos, o en sectas religiosas, o científicas, o políticas, que van por el mundo hablando cada uno su propio idioma, es decir el de su propio ego, y sin escucharse demasiado, a veces hablando todos juntos y otras, en el mejor de los casos, esperando impaciente su turno para hablar y así poder escucharse.
Ahora bien, desde su origen griego, manicomio quiere decir "hospital de locos", pero en el sentido de lugar donde se cuida a los locos y no "de" los locos. Para lo cual, como se sabe, estos deben ser espacios de contención y no de depósitos.
La contención es un valor que las mujeres destacan en ciertos hombres, algo que por lo que parece les permite ser cuidadas sin ser aplastadas. Quizás la contención sea un valor que contribuya a mejorar este mundo, bastante alejado de los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. Es que no puede haber libertad sin igualdad y fraternidad, siempre recordando que la igualdad es un imposible que no hay que abandonar y la fraternidad es más bien escasa.