Córdoba.- Cinco delincuentes armados tomaron como rehenes a cuatro personas durante un asalto a un local de telefonía celular y televisión satelital de la capital cordobesa y se entregaron a la policía dos horas y media después, tras una negociación de la que participaron familiares de los asaltantes. Entre las personas que fueron retenidas por los maleantes estuvo una mujer embarazada que fue liberada sana y salva apenas iniciado el asalto.
Todo se inició después de las 10 de ayer, cuando cinco ladrones armados asaltaron el comercio de venta de telefonía y televisión satelital Telecom-Personal, ubicado en General Paz y Santa Rosa, en pleno centro de la capital cordobesa.
Al parecer, cuando se concretaba el robo, los ladrones fueron sorprendidos por policías que pasaban por el lugar y se generó un tiroteo en el que no hubo heridos. Entonces los asaltantes se atrincheraron en el local con cuatro rehenes, de los cuales, dos mujeres, una de ellas embarazada, fueron liberadas de inmediato en buen estado de salud.
Toma de rehenes
Una vez que se atrincheraron, los ladrones tomaron como rehenes a un empleado de la firma y a un adolescente de 15 años, cliente ocasional del lugar, quienes posteriormente en comunicaciones telefónicas con medios periodísticos dijeron haber sido tratados bien por los delincuentes.
Los secuestradores llamaron por teléfono a sus familiares y les pidieron que se acerquen al lugar para garantizar que podían salir con vida. El local asaltado fue rodeado de inmediato por policías de la seccional local y del Grupo especial Eter. También se presentó en el lugar el jefe de la fuerza, comisario general Jorge Rodríguez, quien dirigió el operativo.
Presencia de los familiares
De acuerdo con las fuentes, los delincuentes de entre 17 y 21 años lograron que sus familiares se presentaran en el lugar para colaborar con la negociación. En las conversaciones que tuvieron con los medios, se supo que cuatro de los asaltantes tenían antecedentes y otro está infectado de sida.
Como garantía para entregarse, los delincuentes exigieron ser captados por las cámaras de televisión y ser trasladados directamente al penal de Bower, una cárcel de alta seguridad ubicada a 14 kilómetros de la capital cordobesa.
Sin embargo Jorge, uno de los integrantes del grupo asaltante, dijo que se habían demorado en entregarse porque no confiaban en quien inicialmente había dicho ser el fiscal, porque "no presentaba credencial y podía ser un policía disfrazado".
Después de las 12.25, la toma de rehenes terminó cuando los delincuentes decidieron entregarse y liberaron a los cautivos. El jefe de policía, Jorge Rodríguez, afirmó que se les otorgaron las garantías acordadas en las negociaciones, y que los delincuentes fueron trasladados a Bower, como habían solicitado. (Télam)