Portugal: Guterres renunció ante la derrota municipal

La pérdida de bastiones como Lisboa y Porto fue totalmente inesperada para el socialismo

Lisboa. - El presidente portugués, Jorge Sampaio, aceptó la renuncia del primer ministro, el socialista Antonio Guterres, al tiempo que anunció la apertura de una ronda de consultas con los líderes políticos para esta semana para designar su reemplazante. El primer ministro materializó así lo que entendía que era su deber de declararse responsable de la aplastante derrota electoral del Partido Socialista (PS) en las elecciones municipales del domingo ante la oposición de centroderecha.
El vocero presidencial, Morais Cabral, precisó que Sampaio pidió a Guterres que siga en funciones las tareas de gobierno junto con su actual equipo de ministros hasta la elección de un nuevo Ejecutivo, probablemente en unas elecciones legislativas anticipadas que podrían celebrarse entre febrero y abril.
Tras la ronda con los partidos políticos, que se desarrollará entre el miércoles y jueves próximos, es preceptiva la consulta del presidente al Consejo de Estado. Sólo una vez escuchada la opinión del máximo organismo consultivo, Sampaio podrá anunciar su decisión para superar la crisis postelectoral.
Entre las opciones de Sampaio se encuentran: convocar elecciones legislativas anticipadas para los primeros meses de 2002; o, aunque se considera improbable, encargar a otro político la formación de un ejecutivo que rija los destinos del país hasta el año próximo.
Por su parte, Guterres debe estudiar junto con su partido si es de nuevo candidato socialista en las generales o si prefiere ceder paso a otra figura del PS para disputar la jefatura del gobierno a José Manuel Durao Barroso, líder del Partido Social Demócrata, gran vencedor de las municipales. Esta formación es de centroderecha, pese a su denominación.
La popularidad de Guterres ha ido en declive durante los últimos meses, aunque de todas maneras la abrumadora derrota socialista en las elecciones municipales del domingo se convirtió en una absoluta sorpresa.
Los socialistas contemplaron con horror cómo eran derrotados de norte a sur, perdiendo bastiones tradicionales como Lisboa, Oporto, Coimbra y Faro, Portalegre, Ponta Delgada (Azores) y Setubal. De las 20 capitales de distrito, el PSD pasó a controlar 11. (Télam y DPA)