Lagos: escuchar lo que ha dicho Chile

Las parlamentarias del domingo reforzaron a la derecha, especialmente en Diputados, y golpearon a la DC

Santiago. - El presidente socialista Ricardo Lagos admitió que "tenemos que escuchar lo que ha dicho Chile" y se manifestó dispuesto a trabajar con todos quienes "quieran aceptar la mano que les tendemos", después de que la oficialista Concertación Democrática se impuso con el 47,95% de los votos frente al 44,33% de la derechista Alianza por Chile, escrutados la casi totalidad de los sufragios emitidos el domingo para renovar la Cámara de Diputados. Según los analistas políticos, el crecimiento de la derecha le dará más poder para negociar en el Congreso, especialmente en Diputados, donde la Democracia Cristiana dejó de ser la primera fuerza política, puesto que cedió a la derechista Unión Democrática Independiente (UDI), liderada por el alcalde de Santiago, Joaquín Lavín.
La Concertación Democrática, que encabezan el Partido Socialista de Lagos y la Democracia Cristiana, obtuvo el 47,95% pero perdió la mayoría absoluta que mantenía desde que se restauró la democracia hace doce años, tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). La Concertación obtuvo 62 diputados frente a 57 de la Alianza.
En la renovación parcial del Senado, donde los votantes eligieron a 18 de 38 legisladores (otros 10 son designados o vitalicios), la Concertación logró el 51,38% de los votos y la Alianza opositora reunió el 44,12%, escrutado el 99% de los votos. En esta cámara, la Concertación mantuvo a sus 20 bancas, mientras la oposición derechista elevó de 17 a 18 sus senadores. Cada coalición cuenta con 4 senadores designados o vitalicios.
"Hoy día tenemos que escuchar lo que ha dicho Chile", declaró en la madrugada de ayer el mandatario, visiblemente emocionado, hablando ante cientos de partidarios en el palacio presidencial de La Moneda.
"Ahora, después de este triunfo, tengan la seguridad que trabajaremos con más fuerza, con más ánimo, con todos los hijos de esta tierra que quieran aceptar la mano que les tendemos por el bien de Chile, de su pueblo y de su gente", agregó Lagos.
El cambio más radical en estos comicios fue el repunte de la conservadora UDI, que con un 25,24% de los votos se convirtió en el partido más grande del país, lugar que ocupaba la Democracia Cristiana (DC), que en esta ocasión sacó el 18,91%. La DC bajó abruptamente en Diputados: de 38 a 24 bancas; la UDI en cambio elevó sus diputados de 24 a 35.
"La Alianza por Chile obtuvo la mejor votación de toda su historia en una elección, ya sea municipal o parlamentaria, a su vez, esto coincide con la votación más baja que obtuvo hasta ahora la Concertación", subrayó por su parte, el líder y abanderado presidencial de la alianza de oposición, Joaquín Lavín. Estamos cada vez más consolidados como alternativa de gobierno", aseguró.
El otro componente de la Alianza, Renovación Nacional, quedó posicionado como tercer partido nacional, detrás de la DC. RN sufrió sin embargo la pérdida de tres de sus 25 diputados. Dentro de la Concertación el partido más beneficiado fue el PPD (Partido Por la Democracia), que pasó de 16 a 21 diputados, muy por delante del Partido Socialista, que sin embargo ganó un curul: de 11 pasó a 12. El Partido Radical Social Demócrata (PRSD), también integrante de la Concertación, subió asimismo de 5 a 6 diputados.
En el Senado, la DC quedó con 14 senadores, igual número al que tenía. La UDI ganó un senador y quedó con 11, mientras RN también quedó con igual número de senadores: siete. En la Concertación, el PPD pasó de dos a tres senadores y el PRSD, que no eligió candidatos a senador, mantuvo su representación con dos senadores "institucionales" (no electos). En la Cámara alta, los nueve designados o vitalicios son el fiel de la balanza en cada votación. Aunque cuatro de ellos son de la derecha, en ocasiones han votado en favor de leyes sociales del gobierno.
En el nuevo Parlamento el oficialismo mantendrá votos suficientes para sacar leyes simples y también de quorum calificado, pero ya no tendrá poder suficiente para aprobar cambios a las denominadas leyes orgánicas constitucionales. Así, el oficialismo no podrá hacer reformas a la Constitución heredada del pinochetismo, lo que lo obligará a pactar.
Según el influyente diario El Mercurio, "Este aspecto cobra especial importancia en la segunda etapa del gobierno de Ricardo Lagos, en que se insistirá en sacar adelante un paquete de reformas que incluye el cambio del sistema electoral binominal y el capítulo de las fuerzas armadas".
Según el matutino de Santiago, la derecha podrá exigir en marzo, cuando se conforme el nuevo Congreso, puestos de relieve en la "mesa" y comisiones de Diputados. Y en el Senado la UDI podrá volver a ocupar la vicepresidencia, que ocupada su socio Renovación Nacional. (Reuters y Télam)